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Respuesta:A partir de la vigencia de esta ley, 4 de julio de 2018, hasta el 7 de diciembre de 2018, 22.900 personas se registraron como NO donantes de órganos, mientras que 18.700 expresaron explícitamente su voluntad de donar. "No existió un aluvión de personas oponiéndose, y si tenemos en cuenta desde principios del 2018, más personas están de acuerdo en ser donantes (67.093) de las que no (24.200). Podemos inferir que la ley fue bien recibida por la población en general", afirma Pablo Rabotnikof (coordinador de prensa en Incucai y licenciado en Comunicación Social, UBA).
Muchos se vieron favorecidos dado que la búsqueda de un donante se hace más rápido. Esto no implica que la lista de espera haya desaparecido, ya que con el correr de los años, es probable que esta lista siga creciendo y no se reduzca. ¿Por qué? Porque como el trasplante es un tratamiento médico que tiene muy buenos resultados, cada vez son más los médicos que lo indican y lo practican. Cabe destacar también, como manifestó Rabotnikof, que a la vez hay mucha gente haciéndose diálisis y todavía no figura en lista de espera.Sostiene que " la lista no disminuye ni siquiera en España, que es el país que más donantes tiene en el mundo". Lo que sí ocurre es que se reduce el tiempo de espera al haber mayor cantidad de donantes, y potencialmente esto es lo que se intenta lograr con la Ley Justina.
Un gran avance
La nueva ley implica un gran avance con respecto a la Ley 26.066 que también consideraba que toda persona era donante si no existía una manifestación en contra, pero además decía que, al momento de la muerte, las autoridades responsables debían solicitar testimonio a la familia de la voluntad del fallecido lo que complicaba y retardaba el procedimiento con lo que a veces se volvía impracticable. En segundo lugar, la Ley Justina incorpora situaciones novedosas como habilitar la donación renal cruzada sin que la justicia lo autorice. Este procedimiento involucra a cuatro personas y funciona como un intercambio de donantes entre receptores que cuentan con donantes vivos, pero que no son compatibles entre ellos. El primer caso de donación renal cruzada transcurrió en la Fundación Favaloro luego de la aprobación de la ley. Ésta fue protagonizada por Guillermo y Tomás, quienes recibieron la donación de Vanesa, la hermana de Guillermo, y Lorena, la esposa de Tomás.
“Yo las miro a las dos y pienso que ellas son las verdaderas protagonistas de esta historia, las heroínas que dieron sin recibir nada. Sólo puedo decir gracias y mil veces gracias” dijo conmovido Guillermo Frickel (24)
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