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LEYENDA NOVOHISPANA
El Armado
En Ciudad de México, cuando ésta era capital del Virreinato de Nueva España, existía un triste caballero cuya historia ha pasado de generación en generación y que ha dejado huella incluso en el callejero mexicano.
De acuerdo con la leyenda, a comienzos del siglo XVI, era frecuente ver a un caballero español que día tras día recorría, ataviado con su pesada armadura, la distancia que separaba su morada del convento de San Francisco. Lo extraño de su aparición es que a lo largo de su itinerario, el caballero dejaba escapar largos suspiros y quejumbrosos lamentos que acompañaban sus pasos hasta el citado convento, donde se postraba orante, entre sollozos y súplicas de perdón, ante la capilla del Señor de Burgos.
Aquella acción era repetida diariamente, y al salir del convento iba el caballero a otro, y seguía su peregrinaje hasta que llegaba la medianoche ante la atónita mirada de los vecinos de la ciudad, que se preguntaban qué clase de pecado habría cometido para cargar con semejante culpa. Mas nadie se atrevió nunca a preguntar.
Según cuentan la gentes, un día volvió su criada a casa y encontró al Armado, como lo habían bautizado los vecinos, colgando sin vida del balcón de la casona. Sin que nada pudiera hacerse por él ya, fue enterrado ese mismo día, pero todavía las gentes que a deshoras pasean por las calles cercanas al conocido como callejón del Armado, se han encontrado con el fantasma del caballero que, ahorcado todavía, sigue llorando, gimiendo, y pidiendo perdón.
-ThisXebuy
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LEYENDA DE LA MULATA DE CÓRDOBA
Cuenta la leyenda que, durante la época de la Inquisición, en la ciudad de Córdoba, en el estado Veracruz, vivía una hermosa mujer llamada Soledad. Nadie sabía de dónde era o quiénes eran sus padres.
Explicación: La LLorona
La Llorona es un espectro del folclore hispanoamericano que, según la tradición oral, es el alma en pena de una mujer que ahogó a sus hijos, y que luego, arrepentida y maldecida, los busca por las noches por ríos, pueblos y ciudades, asustando con su sobrecogedor llanto a quienes la ven u oyen.