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“Mujer: Persona del sexo femenino”, y en seguida enumera las acepciones: “Mujer de gobierno: Criada que tiene a cargo el gobierno económico de la casa (ama de llaves)”, “Mujer de su casa: la que manda y ejecuta los quehaceres domésticos y cuida de su hacienda y familia con mucha diligencia”. Y luego: “Mujer del arte, de la vida airada, del partido: Prostituta”, “Mujer de la mala vida, del mal vivir: Prostituta,. “Mujer mundana, perdida o pública: Prostituta”.
No hay miradas muy nuevas nueve años más tarde. El mismo diccionario, pero en su décima octava edición, de 1956, hace la descripción pura de: “persona del sexo femenino”, y luego menciona una veintena de refranes de mujeres. “Mujer, viento y ventura pronto se mudan, quiere decir que las tres cosas pronto se van. La Mujer y el vino, sacan al hombre de tino, dejarse dominar por la liviandad y por la embriaguez”. Y así por una larga página, todos refranes en referencia al gran aporte de la mujer a la humanidad. “A la mujer casta, Dios le basta”, “A la mujer y a la mula por el pico les entra la hermosura”, “La mujer rogada y la olla reposada”.
¡Qué amplitud de mirada! El rol de meretrices, el del agradecido trabajo en el hogar, el cuidado de su virginidad al servicio del Señor y las destrezas culinarias. Muy completitas ellas.
En 1961, el Diccionario Hispánico comienza su descripción con las traducciones de la palabra mujer. F. Femme, I. Donna, I. Woman, A. Weib, P. Mulher. Y en seguida se lanza a exponer 10 derivados que también nos dan una pista de la claridad de los conceptos existentes en la época: “Mujercilla: de poca estimación y porte”, “Mujerzuela: Ramera”, “Mujerón: Grande y corpulenta”, y sigue hasta Mujeriego y Mujeril.
Llegando a los 70 echemos una mirada a la Enciclopedia Quillet: “Mujer: persona del sexo femenino; del latín múlier. La que ha llegado a una edad madura. La casada, con relación al marido”. Y a continuación más refranes; “La mujer honrada, la pierna quebrada y en casa, aconseja el recato y el recogimiento que deben observar las mujeres (ojo al verbo ‘deber’)”. Y cuando llegan referencias muy cultas y elegantes, son reservadas a la ficción: “Mujeres en Asamblea: Una comedia de Aristófanes”, “Mujer sin Sombra: Ópera en tres actos, de Richard Strauss e inaugurada en Viena en 1919”.
Ante este panorama desalentador, busqué en la misma enciclopedia la definición de Hombre. No por contraste, no, sólo por curiosidad. Ocupa 3 páginas completas y tiene 80 acepciones. La primera: “Animal racional. Genérico de la especie humana. Varón: Criatura racional del sexo masculino”. Y sigue: “Entre el vulgo, marido”. Por lo visto el hombre es el ser racional y la mujer, no. ¡Ah, y marido sólo se usa ‘entre el vulgo’. Interesante.
Pero vale la pena hacer gala de otras muy importantes definiciones: “Hombre gentil, hombre de armas, buen hombre, hombre bueno, hombre de campo, hombre de capa y espada, hombre de guerra, hombre de fortuna, hombre de negocios, hombre de palabra, hombre de pelo en pecho, hombre de letras, hombre de lunas, hombre espiritual”... y así por 80 acepciones, todas a cual más elogiosas, cuando no compasivas: “pobre hombre, hombre al agua, hombre menudo, hombre viejo, ¡hombre!”. Así es, las definiciones de hombre eran 80 en 1973 para los editores de la Enciclopedia Quillet, mientras las de mujer, sólo 15.
Me voy al Diccionario de María Moliner en 1998: “Mujer: A diferencia de la niña, es un ser femenino adulta”. Moliner agrega la acepción de señora como una forma de trato más respetuoso. Referencia siete acepciones y amplía el concepto de la utilización de la palabra en las Notas de Uso: “Tienes tres hijas ya mujeres”, “Algunas mujeres están de luto toda la vida” y “La mujer de la limpieza”.
Casi al final del recorrido diccionárico, por fin hay noticias nuevas. En 1999, un año antes del nuevo siglo, a la mujer le adjudican la gracia de la ‘razón’ y de la ‘animación’. Los autores de tal milagro son tres españoles: Manuel Seco, Olimpia Andrés Puente y Gabino Ramos González. Su Diccionario del Español Actual define Mujer como un “Ser animado y racional del sexo femenino”. Este mismo diccionario también dice que animado significa: “dotado de alma”. ¡Qué bueno! Debemos estar agradecidas con estos españoles. Ah, pero chequeemos ‘razón’, para estar seguros: “Facultad de discurrir, acto de discurrir el entendimiento”. Mejor aún, ahora que tenemos alma, además podemos participar del entendimiento. Esto conduce a la primera conclusión de esta informal investigación. La humanidad, o por lo menos el mundo hispanohablante, le otorgó, con el paso del tiempo, definiciones nuevas a ‘Mujer’.
Explicación:
ojala y te sirva