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Respuesta:
Es la historia de un espejo que va pasando de persona en persona, enlazando la vida de unas africanas, del general San Martín y de un temeroso huérfano español. Sucede en distintos lugares y cuenta la lucha de hombres y mujeres por la libertad. La historia comenzó en 1779 en África y terminó en 1822 en Mendoza, pero no es lineal, se cuenta con saltos, adelanta partes y vuelve al pasado varias veces. El lenguaje de los personajes y el narrador es informal y eso ayudó a que la novela sea bastante agradable. El narrador cuenta la historia desde afuera, y es omnisciente. La novela para mí se trata de lo que le hace mal a la gente, y se muestra en cómo secuestraban a las africanas, las vendían y las compraban. Hay una parte donde Atima salva al hijo de su esclavista y por eso le dan la libertad, pero si no consigue trabajo tiene que volver a ser esclava porque no puede subsistir, entonces la libertad está limitada igual. De la obra, me gustó cómo estaba relatada y que cuenta lo que pasó y cómo trataban a la gente. Para mí las cosas cambiaron mucho, pero no todo, porque, por ejemplo, todavía hacen que las personas se esfuercen mucho, en que sí o sí tienen que cumplir las horas en un trabajo y hay un jefe. Y hay personas a las que el jefe a veces les obliga a trabajar más horas y no le importa si está cansado, tiene que cumplir las horas sí o sí, y siempre llega tarde a la casa. Y también, por ejemplo, hay redes de trata que son unas mafias como los narcos, pero venden personas, las apuestan, le ponen un precio y el que dé más plata se la lleva.
Explicación:
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Como era la vida de los esclavos el espejo Africano
Explicación:
El libro se llama “El espejo africano”, es una novela que tiene nueve capítulos y su autora es Liliana Bodoc.
Es la historia de un espejo que va pasando de persona en persona, enlazando la vida de unas africanas, del general San Martín y de un temeroso huérfano español. Sucede en distintos lugares y cuenta la lucha de hombres y mujeres por la libertad.
La historia comenzó en 1779 en África y terminó en 1822 en Mendoza, pero no es lineal, se cuenta con saltos, adelanta partes y vuelve al pasado varias veces. El lenguaje de los personajes y el narrador es informal y eso ayudó a que la novela sea bastante agradable. El narrador cuenta la historia desde afuera, y es omnisciente.
La novela para mí se trata de lo que le hace mal a la gente, y se muestra en cómo secuestraban a las africanas, las vendían y las compraban. Hay una parte donde Atima salva al hijo de su esclavista y por eso le dan la libertad, pero si no consigue trabajo tiene que volver a ser esclava porque no puede subsistir, entonces la libertad está limitada igual.
De la obra, me gustó cómo estaba relatada y que cuenta lo que pasó y cómo trataban a la gente. Para mí las cosas cambiaron mucho, pero no todo, porque, por ejemplo, todavía hacen que las personas se esfuercen mucho, en que sí o sí tienen que cumplir las horas en un trabajo y hay un jefe. Y hay personas a las que el jefe a veces les obliga a trabajar más horas y no le importa si está cansado, tiene que cumplir las horas sí o sí, y siempre llega tarde a la casa.
Y también, por ejemplo, hay redes de trata que son unas mafias como los narcos, pero venden personas, las apuestan, le ponen un precio y el que dé más plata se la lleva.