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Si nos detenemos a revisar a detalle solo un día de nuestras vidas, comprenderemos que son muchas más las “cosas” que las personas hacen por nosotros que lo que hacemos por ellos. Sea egoísmo, falta de atención o simple costumbre a ser “ayudado” de manera constante, el punto es que, de alguna manera, llevamos en nuestra espalda la responsabilidad de retribuir lo que hacen a nuestro favor.
Una frase conocida reza lo siguiente, «Quien no vive para servir, no sirve para vivir». El agradecimiento y el servicio siempre van de la mano, y el primer lugar donde aprendemos estos dos grandes valores es el hogar, en familia. Teniendo en cuenta que a lo largo de nuestra vida somos acreedores de un sinnúmero de favores por parte de nuestra familia y amigos, y sin importar qué tan independientes somos, siempre necesitaremos de los demás, en caso contrario la convivencia no existiría.
porque así demuestras fe Explicación: