Respuestas
En general, y al contrario que con las respuestas del organismo al ejercicio físico (ver -Respuestas del organismo al ejercicio físico-), estas disminuyen el riesgo de que nos pase algo, tanto en reposo como durante la práctica de la actividad física, y son las responsables del efecto protector del ejercicio. Desde el punto de vista cardiológico son especialmente interesantes y aportan un importante beneficio las adaptaciones neurohormonales, las metabólicas, y las cardiovasculares. De forma muy superficial, aumentan los estímulos nerviosos que ponen al corazón, y al organismo en general, en modo de reposo (sistema nervioso parasimpático o vagal), disminuyen los estímulos que lo ponen en modo activo (sistema nervioso simpático) y mejoran las respuestas hormonales y metabólicas que se producen tanto en reposo como en esfuerzo. El resto de las adaptaciones tendrán mucho interés desde el punto de vista del bienestar, de otras enfermedades y del rendimiento deportivo.
Las adaptaciones que se producen en el corazón se conocen como corazón del deportista. Éste se caracteriza por el aumento del tamaño de todas las cavidades cardiacas, ritmos cardiacos lentos en reposo y mayor eficiencia de la mecánica del corazón.
La frecuencia cardiaca disminuye tanto en reposo (en raras ocasiones incluso a menos de 30 lpm, sobre todo en el periodo nocturno) como a intensidades de trabajo fijas. Si antes corriendo a 10 Km/h mantenía una FC de 140 lpm ahora quizás vaya a 125 o 130 lpm, por ejemplo.
Veíamos en la entrada de las respuestas, que el corazón responde a un esfuerzo aumentando la cantidad de sangre que circula por el organismo. Para mejorar esta respuesta el corazón se adapta aumentando su tamaño. Se dilatan todas las cavidades cardiacas y aumenta ligeramente el grosor de las paredes musculares. También mejora su capacidad para llenarse de sangre, succionando literalmente la que le llega a través del sistema venoso. Todo ello le va a permitir bombear más sangre en cada latido.
En el sistema vascular, aumenta el calibre de arterias y capilares. Esto tiene especial importancia en la circulación de los pulmones y en los músculos, que es donde se producen los cambios más llamativos. También mejora el sistema vascular coronario (son las arterias que llevan la sangre específicamente al corazón) y el flujo y la perfusión coronarias por distintos mecanismos.
Además, mejora el funcionamiento de las propias células musculares, el aparato respiratorio y el funcionamiento de todos los órganos y sistemas en general. Respuesta:
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