Respuestas
Respuesta:
El ser humano y la libertad en el humanismo y en la Reforma
El Humanismo
El humanismo de Lorenzo Valla, de Vives, de Budé, de Tomás Moro, está impregnado de una visión del ser humano como ser natural e histórico que debe realizarse en el uso de la libertad. Tal humanismo lo podemos considerar entroncado en el de Erasmo de Rotterdam (1467-1536), del que destacamos las siguientes características:
Erasmo según el grabado de Philippe GalleLa vida humana es comprendida por Erasmo como una cooperación del hombre con Dios. El hombre no es malo por naturaleza (la naturaleza humana no queda corrompida por el pecado original, nos dice Erasmo, contrariamente a lo que sostendrán los reformadores). Los elementos bíblicos y evangélicos, junto con la gracia, permitirán al hombre aspirar a la salvación, para lo que es necesario el uso de la libertad. El hombre ha sido privado por el pecado original de los bienes sobrenaturales que Dios le había concedido, pero conserva las facultades y las fuerzas que requiere una vida moral. Una de estas facultades precisamente la libertad. La afirmación de la libertad humana es necesaria para obtener la salvación. El hombre, ayudado por la gracia y eligiendo libremente el recto comportamiento moral puede aspirar a la recuperación de los bienes perdidos con el pecado, puede aspirar a la salvación
La Reforma
Entre los temas más destacados del pensamiento de la Reforma se encuentra la valoración de la experiencia interior del hombre frente a la acción hipócrita externa, que acentuará el subjetivismo. Ello se acompaña de una manifiesta hostilidad a la teología que será combatida con la "lectura interior" de la Biblia y los Evangelios. Además, la suerte del alma depende exclusivamente de Dios, lo que supondrá la afirmación del determinismo y la negación de la libertad humana apoyándose, para ello, en la consideración de la corrupción natural del hombre por el pecado original. Toda la pureza y bondad inicial del ser humano, con las que fue creado por Dios, se pierde con el pecado original, por lo que no puede haber realmente una acción moral que emane de la voluntad humana, corrompida ya por dicho pecado original.
Explicación: