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Mi planta de naranja lima cuenta la historia de Zezeo (o conocido también como Zezé), quien afrontó muchos momentos de dolor que lo o las mañanas por el Río San Pablo, donde observaban una casa en las orillas. Ambos jóvenes llegaron al acuerdo que ese sería su nuevo hogar en caso de ser desalojados de su residencia actual.
Zezeo contó con el apoyo de su fiel tío Edmundo, quiien le hacía obsequios por su humildad y ganas de luchar siendo tan niño. El infante aprendió el oficio de la lectura sin nadie quien le enseñara; gustaba de los caballos, por lo que su tío le regala uno de juguete para pasar el rato jugando con él, de esta manera, olvidaría un poco los problemas que enfrenta su familia al no pagar la renta.
Así fue, Zezeo y su familia se vieron en la necesidad de abandonar la casa para trasladarse hasta el pequeño lugar cercano al río, cuyo alrededor está poblado de inmensos árboles que cobijan la casa con muchas sombras y aire fresco. El apoyo de esta familia fue fundamental, pues cada hermano cumplía con la misión de cuidar del otro menor que él. Por esta razón, Zezeo fue muy apegado a su hermano mayor, de nombre Totoca.
Así como Zezeo creció de manera abrupta, gracias a las vueltas de la vida, El principito demostró gran sabiduría en la obra de Saint Euxpéry, haciendo que los niños en la literatura obtengan un peso importante en cada una de las historias contadas.
Debido a la diversa cantidad de arbustos que custodiaban su nuevo hogar, Zezeo y sus hermanos decidieron adueñarse de cada árbol, para que cada uno tuvieran uno. Sin embargo, A Zezeo le tocó una pequeña planta de naranja lima, de la cual se sentía un poco inconforme, pues era la plantación más pequeña respecto a la obtenida por sus otros hermanosEn la medida que transcurrieron los días y la familia se adapta a su nueva casa, Zezeo comienza a ver con estima la pequeña planta de naranja lima. El niño comienza a hablar con el arbusto, hasta estrechar verdaderos lazos de amistad; en otras novelas se ha dilucidado las amistades entre hombres y animales, tal y como sucede con Platero y Yo