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Respuesta:
Uno de los alimentos más difíciles de digerir por nuestro cuerpo es la leche y todos sus derivados: el yogur, el queso o los helados. Son muchas las razones por la que los lácteos ponen al límite a nuestro estómago
Explicación:Nuestro estómago no está preparado para asimilar correctamente la leche de ningún animal simplemente porque no somos sus crías, por lo que no contamos con las enzimas para digerir adecuadamente la lactosa y otras proteínas de este producto. Los humanos solo deberíamos consumir leche cuando somos bebés y preferiblemente de nuestra madre.
La lactosa es un ingrediente de lenta digestión, lo que aumenta la pesadez y las molestias al momento de digerirlo.
Además se trata de un producto alto en grasas que no benefician nuestro cuerpo. Aunque es posible conseguir en el mercado lácteos desnatados, y que estos pueden ser más leves, seguirán siendo difíciles de digerir porque la lactosa estará intacta en el producto.