La sobre protección es uno de los criterios equivocados más comunes en la crianza y educación de los hijos verdaderos o falso
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Respuesta:La sobreprotección es uno de los criterios equivocados más comunes en la crianza y educación de los hijos. Sobreprotección a los hijos es evitar que vayan asumiendo los deberes, libertades y/o responsabilidades propias de su fase de desarrollo, con la intención de que tengan una vida más fácil, cómoda, feliz, y exenta de riesgo. La consecuencia de ello es que el niño o la niña no aprende a desenvolverse con normalidad en las circunstancias habituales y cotidianas, las cuales tendrá que afrontar necesariamente el día de mañana.
Muchas veces, además, en los padres hay una segunda intención que se mueve en la frontera de lo consciente y lo subconsciente, y es la comodidad que les supone eximir de riesgos a los hijos al no tener que estar pendientes ni preocuparse por los mismos. Esto es más frecuente en la adolescencia. En algunos casos hay una tercera intención, cual es la de sabotear el natural proceso hacia la independencia del hijo por existir algún tipo de dependencia patológica de él, de modo que se le hace anormalmente dependiente para tenerlo siempre cerca.
El hijo siente, en principio, seguridad y comodidad con estas situaciones; y las acepta en forma consciente; pero inconscientemente se está iniciando un proceso de tácita rebeldía y de pérdida de autoestima. Ello es debido a la sensación de infravaloración por la falta de reconocimiento por parte de los padres, así como de las crecientes capacidades y necesidad de autonomía que se experimenta a lo largo del desarrollo.
Poco a poco, y especialmente al llegar la adolescencia, se va dando cuenta de que la mayoría de sus compañeros manejan con solvencia y seguridad en si mismos ciertas situaciones ante las que él siente un temor cada vez mayor. En este punto, y aunque aún no es capaz de encontrar una explicación, y mucho menos una solución, ya es plenamente consciente de su inseguridad y deficiencias, por lo que su autoestima desciende aún más. Si la situación persiste a lo largo de la adolescencia, un día será un adulto con problemas de difícil solución.
La felicidad en la niñez no consiste en tener una vida fácil, sino plenitud afectiva, capacidad para superar los crecientes retos de todo tipo que se presentan, y conciencia del éxito real (no ficticio) en dicha tarea. La misión de los padres no es sólo criar hijos felices, sino también formar futuros adultos felices.
La niñez y la adolescencia son procesos evolutivos continuos en los que la persona constantemente descubre cosas nuevas y se enfrenta a nuevos retos. Algunos de estos retos no están exentos de ciertos riesgos que es necesario asumir, porque precisamente el hecho de afrontarlos y superarlos es lo que hace madurar a la persona, y le proporciona autoestima e independencia. No significa ello que deban asumirse los riesgos de una forma irresponsable; al contrario. La correcta interpretación de esos riesgos y la adecuada educación previa a tener que asumirlos, es lo que los va a reducir a la mínima expresión.
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