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Respuesta:
El conocimiento que Jesús tiene del Padre es fuente de amor, y el amor le lleva, a su vez, a conocer más íntimamente la voluntad del que le envió. Todas las operaciones interiores y exteriores de Jesús proceden del acto indivisible de amor:
«Sus humillaciones no eran más que amor; su trabajo era amor, sus sufrimientos amor, sus oraciones amor… Su amor le dio un gran desprecio del mundo, desprecio del espíritu del mundo, desprecio de los bienes, desprecio de los placeres y desprecio de los honores».
El conocimiento y amor de Jesús hacia «las grandezas de su Padre», bondad infinita, poder ilimitado y sabiduría increada, se comunican a los discípulos, pues «el amor de Dios se ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado» (Rm 5,5).
«El conocimiento que de Él tenemos, y que está por encima de todo conocimiento, debe bastarnos para apreciarlo infinitamente. Y este aprecio tiene que hacernos anonadar en su presencia y hacernos hablar de su suprema majestad con un gran sentimiento de humildad, de reverencia y de sumisión; y a medida que lo vayamos apreciando, lo amaremos más; y ese aprecio y amor darán un deseo continuo de cumplir siempre su santa voluntad».
Si el conocimiento es vía para crecer en el amor, la caridad es el cauce necesario para conocer al Padre. Testigos son los sencillos, que, amando mucho, conocen más a Dios que los sabios de este mundo.
Explicación: espero te ayude ;)