Respuestas
Respuesta:
En esta entrada hablo de las diferencias entre hombres y mujeres, de cómo distinguir entre hechos, hipótesis, estadísticas, líneas de investigación y conclusiones para poder navegar en tanta noticia e ideología que se mueve alrededor de cualquier estudio, opinión o decisión sobre el tema. Me ha movido a escribir esta entrada la reciente controversia de un artículo matemático retirado de dos revistas por presiones políticas. Me referiré a él más adelante para situarlo en este esquema, sin que constituya la idea principal de la entrada. Numeraré los párrafos para mayor claridad en una posible discusión posterior.
1. Hay diferencias obvias, como las físicas, desde los atributos sexuales primarios (órganos sexuales) a los secundarios (vello, masa muscular, altura, etc.). A pesar de que los atributos sexuales no son binarios al 100%, la gran mayoría de individuos de la especie humana tiene órganos sexuales masculinos o femeninos en correspondencia con su carga genética, mientras que personas cuyos cuerpos difieren del estándar masculino/femenino constituyen en torno al 1% de la población (aquí). En los atributos secundarios la variabilidad es mucho mayor, con diferencia significativa en las medias, pero con mucho solapamiento en las distribuciones. Por ejemplo, hay un porcentaje sustancial de mujeres que son más altas que un porcentaje también sustancial de hombres (aquí hablamos de la importancia de hablar de distribuciones y no de medias).
2. Hay diferencias de preferencias y de acciones, algunas con una gran correlación con uno u otro sexo y otras con menos. Entre las que presentan más correlación está el hecho de que las mujeres prefieren hombres como pareja en mayor medida que los hombres y que los hombres prefieren mujeres como pareja en mayor medida que las mujeres. Otras características, como la atención a la familia frente a la carrera profesional, presentan una correlación menor. También hay una correlación entre algunos tipos de trabajos y el sexo (con más mujeres en ciencias de la salud y más hombres en las STEM). Algunas de estas diferencias son estables en el tiempo mientras que otras van cambiando. Aquí se pueden consultar referencias sobre estas y otras diferencias.
3. Las diferencias podrán deberse a circunstancias genéticas, ambientales o sociales (o alguna otra causa que pueda encontrarse), sin que en principio sean excluyentes. Aquí hablé de la aportación de la investigación económica en el esclarecimiento de las causas. Algunas diferencias serán claramente genéticas y serán difíciles de cambiar, como los atributos sexuales primarios o las preferencias por tener como pareja a una persona del otro sexo. Estas dificultades pueden ser menores a medida que la tecnología avance. Otras son más maleables. Por ejemplo, hace bien poco las mujeres no realizaban estudios de Derecho, pero ahora lo hacen en mayor medida que los hombres, y todo apunta a que esa elección estaba muy condicionada socialmente.
4. Hay muchos rasgos distintos entre hombres y mujeres sobre los que todavía no sabemos en qué medida influyen las posibles causas y, lo que tal vez sea más importante, tampoco sabemos en qué medida son maleables. Es posible que en media las causas sociales sean más maleables, pero no tienen por qué serlo siempre. Hay circunstancias genéticas muy maleables (las preferencias por actividades que antes requerían fuerza física pueden cambiar una vez tenemos máquinas, mejores técnicas de entrenamiento o mejor aceptación social entre las mujeres) y circunstancias sociales que lo son muy poco (véase el modelo de segregación de Schelling).
5. Además de diferencias en media, hay diferencias en la varianza de la distribución de algunos rasgos. Cuando eso ocurre, la varianza suele ser mayor entre los hombres (aquí). El ejemplo típico es que se encuentran más hombres en la cárcel y también más premios Nobel en comparación con las mujeres.
Explicación: