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Mama Sara o Saramama (Madre Maíz) es la diosa del maíz, siendo la más importante de las conopas (representaciones religiosas) de los alimentos junto con la coca y la papa. Conformaba una trilogía femenina con Pachamama y Yacumama, siendo esta Saramama la más importante, ya que no advertía represalias ni sanciones. Cooperaban para la armonía y equidad de la vida.
La ceremonia Saramama comenzó en la época matriarcal y agrícola de la edad megalítica, perdurando hasta la unidad religiosa incaica:
Se le dedicaban menhires en los valles de cultivo.
Se le denominaba con nombres como xilomen (granitos perliformes de las espigas), miabuatl (la espiga) y cozcamiach (collar de espiga).
Según se menciona en los monolitos, los diaguitas la veneraban en ceremonias nocturnas báquicas en torno a la época de Inti Raymi, recolectándose frutos, y en forma de libación y topamiento sexual.
Ofrecían plegarias y sacrificios, para el bienestar del pueblo.
Esta ceremonia se vincula con las formas y sustancias de trabajos grupales
También se vinculaba con los dioses atmosféricos, la reproducción, recolección, alimento, fortaleza y el humo del hogar.
Por ello se encuentran mehnires llamados mamasaras en los rastrojos de cultivos de maíz, en las puertas de las fincas y las terrazas de cultivo para propiciar tanto la siembra, como el crecimiento y la cosecha, además de propiciar la lluvia y alejar los vendavales.
Se representaba como una figura cubierta de mazorcas de maíz o como un vaso con forma de mazorca.