necesito el inicio nudo y desenlace de el joven rey.
porfa la tarea es para mañana .
se llevara 100 puntos el que me conteste primero y va a que dar como mejor respuesta.
Respuestas
Respuesta:
El joven rey
Autor: Oscar Wilde
Edades: A partir de 10 años
Valores: humildad, justicia
Explicación:
INICIO
La noche anterior al día de su coronación, el joven rey estaba tumbado en su cama, con los ojos distraídos. Poco antes unos cazadores quienes lo habían descubierto cuando seguía el rebaño del cabrero que le había educado y a quien creyó siempre su padre.
Hijo de la única hija del viejo rey, casada en matrimonio secreto con un hombre inferior a ella, fue arrancado del lado de su madre con apenas unos día de vida y entregado a un campesino pobre y a su esposa. La joven princesa murió poco después. En su lecho de muerte, el viejo rey hizo buscar al adolescente y lo había reconocido como heredero.
Desde el primer momento el joven dio muestras de una extraña pasión por la belleza. Todos los materiales preciosos lo fascinaban y había enviado a países extranjeros a muchos mercaderes para obtenerlos. Pero lo que más le había preocupado era el traje que llevaría en su coronación. En eso pensaba cuando se quedó dormido.
Y mientras dormía soñó. Creyó estar de pie en un desván. Niños pálidos y enfermizos se agachaban. Las caras estaban contraídas por el hambre, y las manos temblaban y se estremecían. Unas mujeres demacradas se hallaban sentadas alrededor de una mesa, tejiendo.
NUDO
El joven rey se acercó a uno de los tejedores y lo contempló. El tejedor lo miró con ira y dijo:
-¿Por qué me miras? ¿Eres un espía del amo?
-¿Quién es tu amo? -preguntó el rey.
- Es un hombre como nosotros -dijo el tejedor-. Aunque hay mucha diferencia entre nosotros: él lleva buena ropa, mientras yo llevo harapos, y mientras yo padezco de hambre, él padece por exceso de alimentación.
-El país es libre -dice el rey- y tú no eres esclavo de nadie.
-En la guerra -dijo el tejedor- los fuertes hacen esclavos a los débiles, y en la paz, los ricos hacen esclavos a los pobres. Tenemos que trabajar para vivir, y nos dan salario tan escaso que nos morimos.
-¿Y ocurre así con todos? -preguntó el rey.
-Sí -contestó el tejedor-. Los mercaderes nos oprimen y tenemos que hacer su voluntad. El sacerdote cruza junto a nosotros repasando las cuentas del rosario, y nadie se ocupa de nosotros. A través de nuestras callejuelas sin sol se arrastra la Pobreza con sus ojos hambrientos, y el Pecado con su cara podrida la sigue de cerca. La Desgracia nos despierta en la mañana y la Vergüenza nos acompaña en la noche. Pero ¿esto qué te importa a ti? Tú no eres de los nuestros. Tienes cara demasiado feliz.
Y le volvió la espalda gruñendo y echó su lanzadera a través de la urdimbre, y el joven rey vio que llevaba hilos de oro.
Un grave terror se apoderó de él, y dijo al tejedor:
-¿Qué vestidura es la que tejes?
-Es la vestidura para la coronación del joven rey -respondió el obrero.
Y el joven rey lanzó un gran grito, y despertó.
Y se durmió de nuevo, y soñó. Creyó encontrarse sobre la cubierta de una enorme galera en la que remaban cien esclavos encadenados. Sobre una alfombra estaba el jefe de la galera. Era negro como el ébano.
Y de ahí se sigue el cuento hasta el desenlace que lo dejo adjunto por que brainly no deja escribir tanto... (Aclaro el desenlace empieza donde dice desenlace con negritas)
Respuesta:
La noche anterior al día de su coronación, el joven rey estaba tumbado en su cama, con los ojos distraídos. Poco antes unos cazadores quienes lo habían descubierto cuando seguía el rebaño del cabrero que le había educado y a quien creyó siempre su padre.
Hijo de la única hija del viejo rey, casada en matrimonio secreto con un hombre inferior a ella, fue arrancado del lado de su madre con apenas unos día de vida y entregado a un campesino pobre y a su esposa. La joven princesa murió poco después. En su lecho de muerte, el viejo rey hizo buscar al adolescente y lo había reconocido como heredero.
Desde el primer momento el joven dio muestras de una extraña pasión por la belleza. Todos los materiales preciosos lo fascinaban y había enviado a países extranjeros a muchos mercaderes para obtenerlos. Pero lo que más le había preocupado era el traje que llevaría en su coronación. En eso pensaba cuando se quedó dormido.
Y mientras dormía soñó. Creyó estar de pie en un desván. Niños pálidos y enfermizos se agachaban. Las caras estaban contraídas por el hambre, y las manos temblaban y se estremecían. Unas mujeres demacradas se hallaban sentadas alrededor de una mesa, tejiendo.
NUDO
El joven rey se acercó a uno de los tejedores y lo contempló. El tejedor lo miró con ira y dijo:
-¿Por qué me miras? ¿Eres un espía del amo?
-¿Quién es tu amo? -preguntó el rey.
- Es un hombre como nosotros -dijo el tejedor-. Aunque hay mucha diferencia entre nosotros: él lleva buena ropa, mientras yo llevo harapos, y mientras yo padezco de hambre, él padece por exceso de alimentación.
-El país es libre -dice el rey- y tú no eres esclavo de nadie.
-En la guerra -dijo el tejedor- los fuertes hacen esclavos a los débiles, y en la paz, los ricos hacen esclavos a los pobres. Tenemos que trabajar para vivir, y nos dan salario tan escaso que nos morimos.
-¿Y ocurre así con todos? -preguntó el rey.
-Sí -contestó el tejedor-. Los mercaderes nos oprimen y tenemos que hacer su voluntad. El sacerdote cruza junto a nosotros repasando las cuentas del rosario, y nadie se ocupa de nosotros. A través de nuestras callejuelas sin sol se arrastra la Pobreza con sus ojos hambrientos, y el Pecado con su cara podrida la sigue de cerca. La Desgracia nos despierta en la mañana y la Vergüenza nos acompaña en la noche. Pero ¿esto qué te importa a ti? Tú no eres de los nuestros. Tienes cara demasiado feliz.
Y le volvió la espalda gruñendo y echó su lanzadera a través de la urdimbre, y el joven rey vio que llevaba hilos de oro.
Un grave terror se apoderó de él, y dijo al tejedor:
-¿Qué vestidura es la que tejes?
-Es la vestidura para la coronación del joven rey -respondió el obrero.
Y el joven rey lanzó un gran grito, y despertó.
Y se durmió de nuevo, y soñó. Creyó encontrarse sobre la cubierta de una enorme galera en la que remaban cien esclavos encadenados. Sobre una alfombra estaba el jefe de la galera. Era negro como el ébano.
Y de ahí se sigue el cuento hasta el desenlace que lo dejo adjunto por que brainly no deja escribir tanto... (Aclaro el desenlace empieza donde dice desenlace con negritas)
Explicación: