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La adolescencia está considerada como una de las etapas de mayor estrés para los padres. Los hijos atraviesan un momento difícil, en el que la rebeldía, el inconformismo, la crisis de identidad multiplican los conflictos. La preocupación de los padres por el futuro de sus hijos, su educación, la influencia de sus amigos, que no tomen alcohol, drogas, ni hagan mal uso del sexo, se añade al propio conflicto generacional. (Isabel Menéndez Benavente 2004). Durante la adolescencia se produce un rápido desarrollo físico así como profundos cambios emocionales que, aunque pueden ser excitantes, no obstante también pueden resultar confusos e incómodos para el adolescente como para sus padres. Es así que en la actualidad se observa que muchos padres viven angustiados para expresar su impotencia ante el "nuevo" comportamiento de sus hijos adolescentes. No saben qué hacer frente a la distancia que muestran sus hijos, la casi nula comunicación que existe o la grosería a la que se enfrentan. Se viven momentos reales de angustia y en muchas ocasiones se recurre a la fuerza o violencia (verbal o física) para controlar la situación, generando cargos de conciencia en los padres y distancia consecuente con los hijos. Una crisis para los padres. Es indudable que la adolescencia es la etapa más temida por los padres, sin duda por la imagen tan negativa que se tiene en nuestra sociedad, se la considera como una etapa de conflictos, de ruptura, de enfrentamientos, "la edad difícil" o de "la rebeldía sin causa", asociándose fundamentalmente al mal comportamiento y a los problemas en el hijo. Algunos padres consideran la adolescencia como una crisis de tipo patológico, y por tanto interpretan todas las nuevas conductas del hijo como algo negativo, como un retroceso en la maduración personal que hay que combatir y curar. Al ver la edad de la adolescencia como una enfermedad reprimen conductas de sus hijos que son normales en esta edad y que cumplen una función necesaria para el desarrollo personal, como puede ser el su actitud critica y el defender sus puntos de vista, aunque sean equivocados. Aquí tienen su origen algunas actitudes negativas de muchos padres de hijos adolescentes la imposición y el autoritarismo, la incomprensión, la falta de respeto, la intolerancia, la impaciencia, la desconfianza, el miedo a que se le "vaya de las manos", son padres que en vez de ayudar a los hijos; ejercitar las nuevas capacidades (reflexión, sentido critico, razonamiento, autonomía moral, Intimidad, apertura a la amistad, etc.) se dedican con la mejor intención a frenarlas. De este modo no sólo retrasan la maduración de sus hijos sino que además, provocan situaciones de incomunicación y de conflicto. Es cierto que muchos de los comportamientos del adolescente pueden ser vistos como "defectos": los adolescentes son imprevisibles, alocados, con reacciones Inesperadas, también son impacientes, lo quieren todo aquí y ahora, no saben esperar, y si no lo obtienen se hunden, además son perezosos, tienden a lo fácil, aplazan las tarcas, desordenados y reacios a seguir planes y horarios. Conviene que los padres vean esos "defectos" y esas conductas inmaduras no como un retroceso en el desarrollo sino el paso previo de la pubertad a la adultez. Muchos padres creen erróneamente, y parece que tienen razón, que su hijo adolescente ha hecho un retroceso o perdido madurez con respecto a etapas anteriores, y así se dicen: antes era mas aplicado, más obediente, más respetuoso, mas ordenado, más hablador. En efecto, en la fase adolescente cuesta mucho más que antes ser obediente, no porque el hijo esté en rebeldía sino porque está intentando "hacerse mayor", en el sentido de actuar con más autonomía que antes y no sabe todavía hacerlo compatible con la dependencia de los padres y con las reglas de la familia. Le cuesta más desenvolverse en esta etapa porque está intentando "valerse por si mismo/a", vivir sin la protección y exigencias de los padres, y esto requiere tomar "distancia de ellos" y reconsiderar la validez de las reglas establecidas en la familia, aunque lo hace cuestionándolo todo. Los padres necesitan conocer los cambios que surgen en la adolescencia para adecuarse a ellos y considerarlos como algo natural, como parte de un proceso de crecimiento y así poder "acercarse" mejor a sus hijos.
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quien pío va a leer todo eso :v