Respuestas
Respuesta:
Si mira uno a su alrededor y piensa un poco, se encuentra con un montón de personas que han migrado, que se han desplazado en algún momento de su vida, para estudiar fuera, encontrar un trabajo en la capital, establecerse en otros lugares y conocer nuevas culturas… En ello no hay distinción por razones de nacionalidad, color de la piel, género, religión… Forma parte de la condición humana.
Ahora también crece el número de españoles que migran, sobre todo jóvenes, no por mero afán de aventura, sino por necesidad de buscarse la vida… ¿Quién no tiene amigos, hijos de amigos, compañeros de trabajo o conocidos que han emigrado o que se lo están pensando?
Migrar supone siempre un gran esfuerzo de adaptación, de entender nuevas realidades, de rupturas con raíces queridas, de hacer nuevos amigos… ¿Es tan difícil ponerse en lugar del otro, sobre todo cuando en esa situación podemos estar o llegar a estar todos?
Ser migrante no es ninguna condición para ser objeto de discriminación, ni de marginación, ni menos aún de ilegalización. Migrar es un derecho básico, es un derecho humano.
Explicación: