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Causas:
Finalmente, el ejército nacional, a cuyo frente estaba Urquiza chocó con las fuerzas porteñas comandadas por Mitre en la batalla de Pavón el 17 de septiembre de 1861. Los entretelones de esta decisiva batalla han sido objeto de análisis y discusión entre los historiadores. Para Julio Victorica, Pavón fue una batalla enmarcada en un contexto de comunicaciones previas a la batalla entre dos generales que deseaban negociar, Urquiza y Mitre. El primero no estaba motivado para presentar batalla, y al parecer Mitre garantizó al general entrerriano que sus propósitos eran respetar la Constitución nacional y no hostilizar a la provincia de Entre Ríos. Con estas garantías, Urquiza decidió retirarse del campo de batalla. Victorica rechaza una interpretación peyorativa de la actitud del general entrerriano, equiparando esta actitud de Urquiza a la del general José de San Martín después de la conferencia de Guayaquil con Simón Bolívar (1).
Por su parte, Halperín Donghi sostiene la idea de que Pavón representó un acuerdo implícito entre Mitre y Urquiza, planteándolo en los siguientes términos:
Vencedora (Buenos Aires) en 1861, (...) su victoria provoca el derrumbe del gobierno de la Confederación, presidido por Derqui y sólo tibiamente sostenido por Urquiza, que ha desarrollado una viva desconfianza hacia su sucesor en la presidencia. Mitre, gobernador de Buenos Aires, advierte muy bien los límites de su victoria, que pone a su cargo la reconstitución del Estado federal, pero no lo exime de reconocer a Urquiza un lugar en la constelación política que surge (...) (2).
A su vez, Isidoro J. Ruiz Moreno aporta una serie de elementos sugestivos para la comprensión de Pavón: el distanciamiento entre el presidente Derqui y el gobernador entrerriano y ex presidente Urquiza, alimentado por la necesidad del primero de despegarse de la influencia que sobre él ejercía el vencedor de Caseros; las negociaciones celebradas entre Derqui y Mitre durante la visita del primero y de Urquiza a Buenos Aires el 9 de julio de 1860, apuntando al fortalecimiento del partido Liberal no sólo en Buenos Aires sino en el resto de la Confederación; los escasos móviles que Urquiza tenía para intervenir militarmente contra las fuerzas de Buenos Aires, apatía potenciada por su distanciamiento de Derqui, su escaso interés en abandonar la tranquilidad de su residencia en Paraná por una lucha cuyo objetivo no percibía con claridad, y por el descubrimiento a través de algunas cartas del doctor Mateo Luque dirigidas al presidente Derqui, que mostraban que el Congreso de la Confederación trabajaba para robustecer la influencia del presidente de la Confederación en desmedro de su persona. Todos estos elementos contribuyeron a desmoralizar a Urquiza, quien, ante la sospecha en plena batalla de un nuevo entendimiento entre Mitre y Derqui, optó por retirarse sin definirla (3).
Mas allá de la divergencia en las interpretaciones, lo cierto es que Pavón abrió el camino de la definitiva organización nacional, proceso que tuvo dos arquitectos: Urquiza y Mitre. Paradójicamente, uno y otro pagarían los costos del acuerdo y serían crucificados como traidores por los elementos intransigentes dentro del partido de la Libertad porteño y del federalismo provincial. El presidente Mitre, luego del desgaste del gobierno, acentuado por la guerra del Paraguay, debió renunciar a tener posibilidades protagónicas en la vida política argentina. El destino de Urquiza fue más trágico: sería asesinado por el caudillo entrerriano López Jordán en 1874.
Finalmente, el ejército nacional, a cuyo frente estaba Urquiza chocó con las fuerzas porteñas comandadas por Mitre en la batalla de Pavón el 17 de septiembre de 1861. Los entretelones de esta decisiva batalla han sido objeto de análisis y discusión entre los historiadores. Para Julio Victorica, Pavón fue una batalla enmarcada en un contexto de comunicaciones previas a la batalla entre dos generales que deseaban negociar, Urquiza y Mitre. El primero no estaba motivado para presentar batalla, y al parecer Mitre garantizó al general entrerriano que sus propósitos eran respetar la Constitución nacional y no hostilizar a la provincia de Entre Ríos. Con estas garantías, Urquiza decidió retirarse del campo de batalla. Victorica rechaza una interpretación peyorativa de la actitud del general entrerriano, equiparando esta actitud de Urquiza a la del general José de San Martín después de la conferencia de Guayaquil con Simón Bolívar (1).
Por su parte, Halperín Donghi sostiene la idea de que Pavón representó un acuerdo implícito entre Mitre y Urquiza, planteándolo en los siguientes términos:
Vencedora (Buenos Aires) en 1861, (...) su victoria provoca el derrumbe del gobierno de la Confederación, presidido por Derqui y sólo tibiamente sostenido por Urquiza, que ha desarrollado una viva desconfianza hacia su sucesor en la presidencia. Mitre, gobernador de Buenos Aires, advierte muy bien los límites de su victoria, que pone a su cargo la reconstitución del Estado federal, pero no lo exime de reconocer a Urquiza un lugar en la constelación política que surge (...) (2).
A su vez, Isidoro J. Ruiz Moreno aporta una serie de elementos sugestivos para la comprensión de Pavón: el distanciamiento entre el presidente Derqui y el gobernador entrerriano y ex presidente Urquiza, alimentado por la necesidad del primero de despegarse de la influencia que sobre él ejercía el vencedor de Caseros; las negociaciones celebradas entre Derqui y Mitre durante la visita del primero y de Urquiza a Buenos Aires el 9 de julio de 1860, apuntando al fortalecimiento del partido Liberal no sólo en Buenos Aires sino en el resto de la Confederación; los escasos móviles que Urquiza tenía para intervenir militarmente contra las fuerzas de Buenos Aires, apatía potenciada por su distanciamiento de Derqui, su escaso interés en abandonar la tranquilidad de su residencia en Paraná por una lucha cuyo objetivo no percibía con claridad, y por el descubrimiento a través de algunas cartas del doctor Mateo Luque dirigidas al presidente Derqui, que mostraban que el Congreso de la Confederación trabajaba para robustecer la influencia del presidente de la Confederación en desmedro de su persona. Todos estos elementos contribuyeron a desmoralizar a Urquiza, quien, ante la sospecha en plena batalla de un nuevo entendimiento entre Mitre y Derqui, optó por retirarse sin definirla (3).
Mas allá de la divergencia en las interpretaciones, lo cierto es que Pavón abrió el camino de la definitiva organización nacional, proceso que tuvo dos arquitectos: Urquiza y Mitre. Paradójicamente, uno y otro pagarían los costos del acuerdo y serían crucificados como traidores por los elementos intransigentes dentro del partido de la Libertad porteño y del federalismo provincial. El presidente Mitre, luego del desgaste del gobierno, acentuado por la guerra del Paraguay, debió renunciar a tener posibilidades protagónicas en la vida política argentina. El destino de Urquiza fue más trágico: sería asesinado por el caudillo entrerriano López Jordán en 1874.
brendaprezioso7:
consecuencias no causas
La batalla de Pavón señala el fin de la Confederación Argentina y pone en manos de los hombres del partido liberal porteño los resortes de la conducción nacional. Mitre será el primer presidente que gobierne sobre todo el territorio de la nación.
El grupo dirigente buscará concretar en la república un ideal civilizador, procurará terminar con la oposición de la montonera reducir al indio y desarrollar la economía. El ferrocarril, el telégrafo, la difusión de la enseñanza, la inm
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