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Había muchos agentes potencialmente interesados en la muerte de Napoleón. Por un lado, los miembros de su séquito en la isla de Santa Elena, atados al exilio mientras viviera Bonaparte. Además, muchos de ellos eran beneficiarios de su testamento. Por otro lado, a la monarquía francesa podía convenirle su desaparición, ya que no estaba dispuesta a tolerar una segunda fuga como la que protagonizó Napoleón en Elba. Los británicos también tenían sus motivos, puesto que sufragaban el coste millonario del cautiverio.
henry bertrand :
Sirvió a Napoléon en las principales batallas y estuvo a su lado en las islas de Elba y Santa Elena. En esta última vivía a cierta distancia de Longwood House (residencia del Gran Corso, en la imagen), ya que su mujer inglesa prefería una cierta intimidad frente a la convivencia forzada. Ello lo descartaría como culpable. Foto: Vía Wikimedia Commons.
louis marchand :
Tanto los historiadores como los exiliados de Santa Elena afirman que era un servidor fiel y leal que incluso servía a Napoleón como si fuera su hijo. No tendría, aparentemente, ningún motivo para perjudicar a Napoleón.
hudson lowe :
El gobernador inglés de Santa Elena controlaba todo lo que ocurría en ella. Odiaba al Gran Corso y se sentía profundamente incómodo en la isla. Sin duda, tenía medios y móviles para envenenar a Napoleón. Si fue él, ¿lo hizo solo, bajo las órdenes del gobierno británico o en connivencia con el conde de Montholon? De ser cierta esta última tesis, Lowe habría cubierto los movimientos de este aristócrata y le habría suministrado el arsénico para envenenar al emperador.
conde de montholon :
La Sociedad Napoleónica Internacional (SNI) lo señala como el asesino. Sus móviles, económicos y personales, son lo suficientemente sólidos como para apuntar en esta dirección. El aristócrata había sido maltratado por el emperador antes y durante la estancia en Santa Elena. Es posible que le odiase. Su estrecho contacto con el Gran Corso le permitía el envenenamiento (gracias a su cargo de sumiller, tenía el control del vino). Además, siempre apoyó los tratamientos médicos más agresivos. La SNI también lo designa como agente de Luis XVIII.