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Una de las partes más importantes y decisivas a la hora de crear un nuevo proyecto de diseño gráfico es el estudio de la composición. Esto es, la disposición de los distintos elementos dentro del espacio visual de manera equilibrada y ordenada, con el fin de transmitir un mensaje al público objetivo. El éxito de un proyecto gráfico reside fundamentalmente en una composición perfecta que sea capaz de transmitir una idea de manera sencilla y directa.Hay que tener claro desde un primer momento qué elementos vamos a incluir, y de qué manera vamos a combinarlos para crear una estructura compositiva armónica. Dentro de la composición entran en juego aspectos como el tamaño, las texturas, colores, pesos… Cada uno de ellos debe estar en concordancia y dispuestos de manera equilibrada.
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Hablar de composición fotográfica es hablar de un tema muy amplio, porque tiene que ver con muchas reglas geométricas, matemáticas, psicológicas y artísticas. En este blog haremos una revisión puntual del tema.
Para empezar, debemos definirla como la disposición de elementos y sujetos dentro del cuadro; es decir, dependiendo de los objetos que seleccionamos y cómo están dispuestos en la imagen, será la diferencia entre una fotografía sin más pretensiones y una gran obra de arte fotográfico.
Estas son 7 reglas básicas para componer un encuadre dinámico e interesante para tus fotos:
Identifica tu centro de interés. Una buena fotografía debe tener un objeto o sujeto que sea perfectamente distinguible. Cualquiera que la mire debe entender lo que queremos enseñar. Es lo que se denomina el centro de interés, aunque no necesariamente debe estar en el centro o ser el más grande.
Apóyate en las líneas. Son un elemento importante en las artes visuales. Las líneas nos aportan formas y contornos para dirigir la mirada del espectador de una parte de la foto a otra. Las líneas horizontales, verticales y diagonales son elementos compositivos que aportan significado a las imágenes.
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