Respuestas
Respuesta:
La situación económica, social y política de Cuba presenta una realidad objetiva de miseria, crisis, violación de los derechos humanos, opresión y descomposición de tal gravedad que el inicio del nuevo año indica que el 2020 la crisis es en Cuba. Un sistema económico comunista, parasitario y corrupto, en una sociedad sometida pero con efervescencia creciente y cada vez mas informada por la revolución tecnológica, y una dirección política tiránica agotada y con graves conflictos internos, concurren a un tiempo de nuevos y terminales maleconazos.
Explicación:
El término “maleconazo” describe “las manifestaciones contra la dictadura producidas en Cuba el 5 de agosto de 1994, consideradas como la mas seria rebelión popular contra el régimen castrista”. El maleconazo se atribuyó la intercepción por parte de autoridades cubanas de cuatro embarcaciones con emigrantes cubanos que navegaban hacia las costas de Estados Unidos sin autorización. La multitud se reunió en el Malecón de la Habana protestando, enfrentándose con consignas contra el régimen comunista. La brutal represión con elementos de la seguridad del estado de civil y la presencia de Fidel Castro que llamó a la gente a “ganar la calles y derrotar a los apátridas” logró someter la situación, pero dejó la señal histórica de que “la dictadura es vulnerable”.
Respuesta:
Las cosas no han sido como «debían ser». O, al menos, como los «expertos» pronosticaron que «iban a ser». La mayoría de los narradores de «la transición en Cuba» concibieron el inicio de tal proceso a partir de la muerte de Fidel Castro. Casi siempre el deceso del Comandante guerrillero venía asociado a un proceso de fractura dentro de la elite de poder cubana. La transición debía partir de «X» y arribar a «Y»; para ser legítima, debía incluir a un grupo muy claro de actores sociales y políticos; debía hacer avanzar al país hacia una economía de mercado y un sistema multipartidista; el arribo al escenario anterior daría por consumada «la reconciliación nacional» y, entonces, Estados Unidos podría levantar el dispositivo de sanciones contra la isla. Nada de esto ocurrió, y a la altura del año 2017 nos encontramos en los umbrales de una transición «a la cubana»; que no ha sido, ni ya podrá ser, ni «a la española», ni «a la chilena».
El retiro del poder del ex-presidente Fidel Castro, en 2006, trajo aparejado, en muy poco tiempo, el inicio de la reforma «raulista». En el discurso público del presidente Raúl Castro (y del resto del gobierno) se habla no de «reforma», sino de «actualización del modelo», para lograr «un socialismo próspero y sustentable». El propio Raúl ha llegado a afirmar que se trata de una actualización «económica»; a veces ha dicho que se trata también de una actualización «social»; y, a la salida de la audiencia privada con el papa Francisco en el Vaticano dijo, por primera y única vez, que la actualización sería también «política». Tras el fallecimiento del ex-presidente y comandante Fidel Castro, y del casi seguro retiro (dentro de un año) del presidente Raúl Castro, el país está abocado a acometer sustanciales transformaciones, a institucionalizar un verdadero «cambio de época». La vida lo impone