Necesito un cuento de emociones plis

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Respuesta dada por: EmilyMaria
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Respuesta:

EL VERDADERO VALOR DEL ANILLO

Un día, un muchacho fue a ver a un maestro:

-Vengo maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer

nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante

tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro sin mirarlo, le dijo:

-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio

problema. Quizás después...- y haciendo una pausa agregó- si quisieras ayudarme

tú a mí, yo podría resolver este problema con mas rapidez y después tal vez te

pueda ayudar.

-E ... encantado, maestro- titubeó el joven, pero sintió que otra vez era

desvalorizado, y sus necesidades postergadas.

-Bien, asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y

dándoselo al muchacho, agregó: - toma el caballo que está allí afuera y cabalga

hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es

necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de

una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los

mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que

pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos

reían, otros volvían la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la

molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a

cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y

un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de

una moneda de oro y rechazó la oferta.

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Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado - más

de cien personas – y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó. ¡ Cuánto

hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro!. Podría entonces

habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir

entonces su consejo y ayuda.

Entró en la habitación. - Maestro - dijo - lo siento, no se puede conseguir lo que

me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo

que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

- Qué importante lo que dijiste, joven amigo- contestó sonriente el maestro.

Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al

joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y

pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas.

Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su

lupa, lo pesó y luego le dijo: -Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender

YA, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

-¡ 58 MONEDAS!!!!!!!!!!!!!!!!! Exclamó el joven.!- Si, replicó el joyero- yo sé que con

tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé ... si la venta

es urgente...

El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido.

-Siéntate- dijo el maestro después de escucharlo- Tú eres como este anillo: una

joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un

experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu

verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño. Todos somos como

esta joya, valiosos y únicos, y andamos por los mercados de la vida pretendiendo

que gente inexperta nos valore.

Explicación:


Anónimo: Gracias
EmilyMaria: marcame plis
Anónimo: ok
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