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Respuesta:EL SURGIMIENTO DEL IMSS
Entre las instituciones surgidas como consecuencia de la Revolución mexicana, la primera de carácter social de la historia, está sin duda el Instituto Mexicano del Seguro Social, anhelo cumplido de muchas generaciones y que con el tiempo incorporaría no solo los servicios de salud, sino una gama impresionante de prestaciones que incluían cultura, prevención, cuidados familiares, vivienda, recreación y pensiones que aseguraran una vejez digna.
Sin duda alguna, la justicia social, anhelo de la Revolución Mexicana, había quedado establecida en la Constitución de 1917, cuyo artículo 123 fracción XXIX reza: “Se considera de utilidad pública la expedición de la Ley del Seguro Social y ella comprenderá seguros de invalidez, de vida, de cesantía involuntaria del trabajo, de enfermedades y accidentes, y otras con fines análogos”.
Primeros intentos
En lo que se refiere al contexto internacional, la creación del IMSS se vio influenciada porque en muchos países de América –Chile, Perú, Venezuela, Brasil, Uruguay y Argentina– estaban vigentes leyes de seguro social que favorecían a millones de familias proletarias. Y qué decir de Europa, en donde existía ya una legislación al respecto.
En 1925, el gobierno del general Álvaro Obregón elaboró el primer proyecto de Ley de Seguro Social, el cual no llegó a cristalizar. Sin embargo, sirvió para canalizar una corriente de opinión favorable a este tipo de disposición. En ese año también se estableció la Dirección General de Pensiones Civiles de Retiro, para los empleados federales.
De 1932 a 1940 se elaboraron diversos proyectos de seguridad social en los departamentos del Trabajo y Salubridad, en las secretarías de Gobernación y de Hacienda, y en la Comisión de Estudios de la Presidencia de la República. Sin embargo, ninguno prosperó.
Un ideal revolucionario
El 1 de diciembre 1940, al hacerse cargo de la primera magistratura de la nación, Manuel Ávila Camacho expresó ante el Congreso de la Unión el propósito de consolidar una política gubernamental de seguridad social, pero fue hasta el 2 de junio de 1941 que creó la Comisión Técnica para la elaboración del Proyecto de Ley de Seguros Sociales, designando como presidente de la comisión al secretario del Trabajo y Previsión Social, el licenciado Ignacio García Téllez.
Finalmente, el 3 de julio de 1942 García Téllez presentó la iniciativa de Ley del Seguro Social al presidente, en la que asentó: “El proyecto concreta uno de los más altos propósitos de la Revolución mexicana, tendiente a proteger a los trabajadores y asegurar su existencia, su salario, su capacidad productiva y la tranquilidad de la familia obrera, y contribuye al cumplimiento de compromisos exteriores, de promesas gubernamentales y de un deber constitucional ineludible”.
En septiembre de 1942 se celebró en Santiago de Chile la Conferencia Interamericana de Seguridad Social, en la que García Téllez presentó el proyecto mexicano sobre seguridad social que aprobaría la totalidad de las delegaciones que asistieron.
Entre las ventajas que los encargados de elaborar el Proyecto de Ley del Seguro Social destacaron, estaban: elevar las condiciones de vida de un importante sector de la población mexicana, aumentar el poder adquisitivo de los trabajadores, mantener estables las relaciones obrero-patronales al eliminar intermediarios que perjudicaban a ambas partes en las disputas por el pago de prestaciones económicas, aprovechar los ahorros con fines de crédito productivo y de utilidad colectiva, abrir nuevas fuentes de trabajo en obras de interés público –como hospitales– y uniformar las prestaciones sociales de los trabajadores, contrarrestando las competencias basadas en la mano de obra barata.
Era evidente que divisaban un México más independiente, con mayor seguridad económica e igualdad social. Por ejemplo, el profesor Miguel Ángel Quintana, en una conferencia en la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, señalaba: “La Ley del Seguro Social […] contiene […] seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales; seguro de enfermedades no profesionales y de maternidad; seguro de invalidez, cesantía y muerte, y los seguros facultativos y adicionales. Expedida la ley, habrá contribuido a la paz del futuro, porque sus trabajadores estarán en paz y, sin preocupaciones por la inseguridad del mañana, se dedicarán a la producción o tomarán parte en la lucha para defender su trabajo y su paz”.