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En un inicio, el barco no era usado como arma de ataque, pero el transporte de personas con el objetivo de migrar a otras tipos de áreas geográficas suponía la invasión de otros territorios.Los africanos, resabiados de su experiencia y para la prevención de posibles y futuras conquistas por los mismos medios usados por ellos, convirtieron el barco en un arma de ataque. Esto puso de relieve la necesidad de salvar las vidas de las personas que transportan. Aspectos como la velocidad, la hidrodinámica, el peso y demás factores constituyentes de un navío, hicieron de esto una carrera armamentística y por ello una ciencia que ha tardado miles de años en madurar hasta lograr articular el conocimiento de tal manera que, antes de botar un navío, era probado en aguas tranquilas y puesto a prueba por otros navíos para observar sus mejoras.
Una exposición de maquetas de vehículos militares.
Los romanos usaban los mapas dibujados por sus cartógrafos en la toma de decisiones a la hora de invadir territorios. Se puede decir que el mapa es una maqueta de cómo se disponen los territorios en la administración política de los gobiernos. El mapa como tal, se puede representar a diferentes escalas, siendo la real un acotamiento de zonas a base de referencias naturales o artificiales (muro de Berlín, muralla china, pilotes de granito como referencia, etc.). El conocimiento del entorno no era nuevo: Aníbal se valió de ello para reconquistar España. En la Batalla de las Termópilas, el ejército espartano, altamente profesionalizado en el arte de la guerra, se valió del perfecto conocimiento geográfico como estrategia para acabar con el intento de invasión del ejército persa. Todo ello era recreado en la maqueta de los estrategas que comandaban los ataques. Pero fue en la época napoleónica cuando el concepto maqueta tomó una relevancia primordial. Napoleón, como estratega, recreaba los escenarios de guerra en tableros con relieves, usando la ciencia de la cartografía y la geografía, para representar los relieves naturales y cómo aprovecharlos para la conquista de los territorios.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los aliados usaron maquetas de tanques y vehículos a escala real inflables o de material ligero, a objeto de engañar al enemigo para distraer sus ataques de bombardeo a tierra, desperdiciando sus bombas en objetivos sin valor militar o estratégico.
Biomaquetas
Cuando en un laboratorio se ensayan cultivos en placas petri para la investigación de curas o aplicaciones en cosmética, bioingeniería o cualquier otra ciencia aplicada, eso que se recrea a menor escala y en un entorno controlado, es lo que se viene a llamar biomaqueta. En los ensayos de laboratorio, solo se espera cumplir el objetivo parcial del test por el cual la biomaqueta tiene sentido.
Mecanomaquetas
Por ejemplo, una maqueta de un avión, dependiendo la escala, puede ser únicamente aerodinámico y planear, por lo que es funcional en el aspecto aerodinámico. Ese mismo modelo de avión, a otra escala distinta, pudiera ser únicamente a nivel de diseño e imagen corporativo; así, por ejemplo, la compañía Airbus puede presentar a la Lufthansa un modelo en maqueta que se integra perfectamente en su imagen corporativa; un segundo modelo que pone de relieve la aerodinámica y un tercer modelo que resalta lo oportuno de la colocación de los motores y cómo estos pueden continuar rindiendo al 100% a alturas insospechadas gracias a los tanques de oxígeno enriquecido que aportan el diferencial que la atmósfera no puede por los límites de altura; un cuarto modelo a escala real que pone a prueba la presurización de las distintas áreas, y quizás la puesta a prueba del vuelo estratosférico en una sala que imita la presión y la densidad atmosféricas a esas alturas. La escala de cada modelo viene dada por la necesidad de mostrar el objetivo a resaltar. Así, el modelo aerodinámico puede ser de una escala mucho menor y de unos materiales menos especializados, que la escala del modelo que trata de resaltar el rendimiento de los motores.
Maquetación de sistemas
Se entiende como maquetación de sistema a la representación práctica de una dinámica calculada en teoría, a una escala conceptual menor de la que se someterá una vez entre en producción.
La unidad en la que se mide el sistema es el 'proceso del dato', y la unidad de medida usada será acorde con el formato del dato. El proceso del dato da como resultado una escala, que se irá aproximando a la real, tanto en cuanto los procesos observen una tendencia a tener en cuenta la mayor cantidad de sistemas cooperantes existentes en el medio, sean naturales o artificiales.
El concepto de maqueta dejará de ser aplicable en el momento en le que la capacidad de proceso sea real en todas sus dimensiones y, en consecuencia, la producción de trabajo sea compatible con la producción del resto de los sistemas ya funcionales.