• Asignatura: Historia
  • Autor: monodeldmnl
  • hace 8 años

¿Consideras que existe alguna razón válida que justifique una guerra? y el ¿por qué?

Respuestas

Respuesta dada por: selenac
37

Respuesta:

Dentro de lo establecido por la sociedad y los gobiernos, las causas que pueden justificar una guerra son: Invasión del territorio nacional por parte de gobiernos o grupos extranjeros; violación de las leyes, los derechos y libertades de los ciudadanos por parte de grupos subversivos.

Explicación:

Respuesta dada por: lorrainesosardz19
6

Respuesta:

Cuando el cordero rompió el segundo sello, oí al segundo Viviente que decía: Ven. Y salió otro caballo color de fuego y sangre. Al jinete le dieron poder para quitar la paz de la tierra y hacer que los hombres se degüellen unos a otros y le dieron una gran espada.

San Juan, Apocalipsis

 

La revelación apocalíptica de San Juan presenta algo de sobra conocido por los seres humanos, una constante desde los tiempos más remotos, un hecho fácilmente constatable y, para cientos de personas, trágicamente cotidiano: la guerra. Un elemento tan presente en la historia humana que hace toda proyección de un futuro sin guerras utópico, fantasioso e increíble.

En la práctica de la guerra se han desarrollado civilizaciones; muchas, por ella, han desaparecido. Se han construido murallas, fortalezas, monumentos, símbolos, mitos, leyendas y héroes. Siendo tan variadas las formas culturales desarrolladas por los hombres, en la mayoría de ellas la guerra se revela como un elemento común. La guerra es entonces una actividad que nos hermana en el espacio y en el tiempo: los polinesios, los zulúes de África del sur, los mexicas, los chinos, argelinos, croatas y germanos, son pueblos que han librado guerras en varios momentos de su historia. Y quizás aquello que primero viene a nuestra mente, cuando pensamos en la guerra, sea el aspecto nocivo y ominoso que acarrea.

La guerra trae consigo pérdidas humanas y materiales, la vida en su totalidad se trastoca y las personas se ven dominadas por el miedo y la desprotección, sin contar con que se suprimen muchos de los derechos que habían sido considerados como vitales. Para el guerrero o el soldado que participa en ella, tampoco se trata de una tarea fácil ni agradable, aun cuando forme parte del bando vencedor.

Todo esto es innegable y hasta obvio. Pero, por fuerza, la guerra beneficia también a un buen número de personas. "Las lecciones de la historia nos recuerdan que los Estados en que vivimos, sus instituciones y hasta sus leyes los debemos a conflictos, muchas veces de lo más sanguinarios".1 Esto es así porque, en realidad, resultaría muy extraño que las conquistas humanas, en términos de patrimonio territorial, instituciones, cultura, conocimiento, etcétera, se hubieran obtenido siempre de manera pacífica. El propio intercambio comercial entre los pueblos, tan antiguo como el hombre mismo, es una de las condiciones principales para el surgimiento de conflictos que, en un momento dado, obligan al recurso de las armas.

Pero, además, la guerra tiene un sentido trágico en virtud del cual se da la manifestación de acciones extraordinarias por su valor y solidaridad con el género humano, que quizá no emergieran de no darse este tipo de confrontación humana. De allí que la guerra provoque en nosotros emociones y sentimientos encontrados, cuyos cauces de expresión más claros han sido el arte y la literatura. En efecto, en este polifacético prisma que es la guerra hay una cara, la más humana de todas, en donde podemos reconocer la expresión de nuestros instintos más ocultos y primarios y, a la vez, las emociones más sublimes. En la guerra el hombre se desconoce y se encuentra, se denigra y se enaltece.

Explicación:

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