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No me acuerdo por favor no preguntar eso
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Carlos II de España, llamado el «Hechizado»
Hijo y heredero de Felipe IV y de Mariana de Austria, permaneció bajo la regencia de su madre hasta que alcanzó la mayoría de edad en 1675. Aunque su sobrenombre le venía de la atribución de su lamentable estado físico a la brujería e influencias diabólicas, es probable que los sucesivos matrimonios consanguíneos2 de la familia real ocasionaron que el heredero padeciera del síndrome de Klinefelter,3 con síntomas como musculatura débil e infertilidad,4 lo que acarreó un grave conflicto sucesorio, al morir sin descendencia y extinguirse así la rama española de los Habsburgo.
A Carlos II se le ha atribuido el inicio de la decadencia española, pero la historiografía del siglo XXI ha cuestionado tanto esto como la gravedad de la salud del monarca, quien junto a sus hombres, logró mantener intacto el imperio frente al poderío francés de Luis XIV, consiguió una de las mayores deflaciones de la historia, el aumento del poder adquisitivo en sus reinos, la recuperación de las arcas públicas, el fin del hambre y la paz. Por estos logros, autores como Luis Ribot lo califican de «ni tan hechizado ni tan decadente
Explicación:Carlos II fue proclamado rey en 1665, a los tres años. Era una persona educada por teólogos, pero su mala salud hacía sospechar que moriría joven, por lo que se descuidó su educación en las tareas de gobierno.5 En esas fechas la lucha contra Valenzuela aumentó hasta que doce años después, en 1677, Juan José de Austria marchó sobre Madrid y tomó el poder apoyándose en la nobleza. Valenzuela fue desterrado y la Reina madre abandonó la Corte fijando su residencia en el Alcázar de Toledo. Juan José de Austria, con el apoyo popular, se convirtió en el nuevo valido. Su gobierno quedó ensombrecido por la lucha política contra sus adversarios y la dramática situación de la monarquía hispánica, obligada a ceder el Franco Condado a Francia mediante la Paz de Nimega en 1679. En ese mismo año, el Rey, de 18 años de edad, se casa en primeras nupcias con María Luisa de Orleans, sobrina de Luis XIV de Francia. Aunque nunca llegó a estar verdaderamente enamorada de su marido, con el paso de los años María Luisa llegó a sentir un genuino afecto hacia él. Carlos, por su parte, amaba tiernamente a su esposa. Ante la falta de sucesor la reina llegó a realizar peregrinaciones y a venerar reliquias sagradas. Finalmente murió en 1689, dejando al rey en un estado depresivo probablemente a causa de las pócimas que le hacían tomar.