• Asignatura: Castellano
  • Autor: cristinamincu18
  • hace 8 años

Resumen Cartas Marruecas, José Cadalso

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Respuesta dada por: thiagomateovitale
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En el siglo XVIII predomina la cultura francesa en toda Europa, y la lengua francesa se puso de moda. En España reinan los Borbones, de origen francés. La influencia del país vecino fue enorme. El pensamiento del siglo XVIII descansa sobre dos principios que paulatinamente se habían gestado en el siglo anterior: el racionalismo y el naturalismo. Por el primero la razón se va a erigir en guía de la verdad; la verdad -decían- es la claridad; y ver claro es lo racional. Luz, mucha luz que desterrará las tinieblas. Será, pues, el Siglo de las luces. La fe había sido una venda que había impedido la claridad. Por el segundo, la naturaleza se convierte en ideal del hombre; es una naturaleza cuyos límites son racionales. En perfecta coherencia con este pensamiento se acuñan expresiones como religión natural, derecho natural, estado natural, moral natural etc. Razón y naturaleza son los dos puntales en que se apoya el mundo nuevo, en el que no cabe ni la Revelación ni lo Sobrenatural.

Con estas nuevas ideas intentaron crear una época llena de ilusión y optimismo. Se afirmaba: el hombre es bueno por naturaleza; se llegará a la felicidad mejorando las injustas condiciones sociales de la vida mediante un fortalecimiento económico y una adecuada instrucción del pueblo.

Objeto prioritario de filósofos y escritores fue el planteamiento serio de la cultura heredada de sus predecesores ante la que adoptaron una actitud crítica. Se dedicaron a pasar por el tamiz las ideas, creencias, sentimientos y actitudes de sus antepasados, unas veces abiertamente, otras bajo el disfraz literario de cartas, marroquíes. De esta manera fueron socavando los principios en que se apoyaba el Antiguo Régimen.

A esta revolución del pensamiento europeo se la ha llamado con acierto crisis de la conciencia europea.

España inicia el siglo XVIII con la guerra de sucesión a la Corona Española. Con la muerte de Carlos II finalizaba la dinastía de los Austria. Las armas dieron la victoria a Felipe V. Con él se introducía en nuestro país la dinastía de los Borbones, de procedencia francesa. Al compás de la monarquía -y a veces de su mano- penetraba en España el pensamiento europeo.

José Cadalso (Cádiz 1741- Gibraltar 1782) Escritor español. Cursó estudios en el seminario de nobles de Madrid, y siendo muy joven viajó por diversos países europeos. Luego se dedicó a la carrera militar. Se enamoró de la actriz María Ignacia Ibáñez, cuya muerte prematura le sumió en la desesperación, hasta el punto de intentar desenterrar su cuerpo. Ascendido a coronel, fue destinado al bloqueo de Gibraltar, donde resultó muerto por una granada inglesa.

Cadalso inició su carrera literaria con una tragedia neoclásica, Sancho García, de tema medieval y aliento épico, que protagonizó María Ignacia. Poco después publicó Ocios de mi juventud, un libro de versos que resucitaban la anacreóntica, una forma olvidada desde el barroco, y en los que trataba asuntos diversos en torno al tema de la juventud, con gracia, sencillez y desenfado, que ejercieron notable influencia en su tiempo. Muchas de las composiciones las dedicó a Filis, nombre que Cadalso daba en sus escritos a María Ignacia. Su primera obra en prosa, y la que le valió ser conocido y apreciado, fue Los eruditos a la violeta, en la que tuvo ocasión de desplegar su agudo ingenio y su vasta cultura europea, y que constituye una sátira de cierta erudición vana y superficial en que se concretaban las modas de las clases altas de la época. Póstumamente apareció una obra breve en prosa, las Noches lúgubres, evidente preludio romántico, así como su creación más importante, las Cartas marruecas. Tomando como modelo a los autores extranjeros, que utilizaban el recurso a un supuesto viajero que observaba con ojos irónicos y distanciados la realidad de sus países (el paradigma de este género son las Lettres persannes de Montesquieu), Cadalso desarrolló con gran inteligencia los males de España, las causas de su decadencia, la existencia improductiva y ociosa de cierta nobleza, el atraso de la España interior, etc. Fue un genuino representante de la Ilustración y un prosista elegante y ameno, que suavizaba el pesimismo de sus críticas con una amable ironía.

Explicación:

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