Respuestas
Respuesta:
EL ENSAYO DE SU TIEMPO
A determinada distancia cualquier obra literaria parece fruto del azar: el de una vocación, el de la oportunidad, el que se deriva de las circunstancias históricas, el azar del propio nacimiento. Cuando examinamos de más cerca las vidas de los escritores el azar se reduce y enseguida se aprecia el esfuerzo de la voluntad: los años de lucha que invirtieron para dominar sus intuiciones juveniles en una obra propia. Al fin y al cabo se necesitan varios Enrique VI para formar a un Shakespeare.
Montaigne constituye una excepción a este segundo supuesto. Si atendemos a la primera mitad de su vida (en la que según los biógrafos de la escuela romántica se plantan las semillas de todo gran personaje) descubriremos que hizo cuanto estuvo en su mano para evitar el encontronazo con su propia obra.
Michel Eyquem, que se convirtió en señor de Montaigne tras la muerte de su padre, nació en 1533. Su carrera pública empezaría a los veintiún años como consejero en La Cour des Aides. En 1571 (cuando apenas le quedaban veinte años de vida) intentó retirarse de la vida pública, pero las guerras religiosas que asolaron literalmente Francia echaron por la borda sus planes. Montaigne se multiplicó en tareas diplomáticas y cosechó una fama de hombre juicioso que le valió para ser elegido alcalde de Burdeos, cargo que mantuvo hasta 1585.
Explicación: