¿Colombia esta preparado para afrontar los retos de la globalización y firmar Tratados de Libre Comercio (TLC).? Explique por qué si es positivo o negativo?

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Respuesta dada por: sjeclau
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Por: JORGE CORREA C. 07 de septiembre 2013 , 09:30 p.m.

Desde los primeros días de la protesta agraria, una de las frases que más se repiten en las pancartas y los discursos de los manifestantes es: ‘No a los TLC’. Los voceros de los campesinos aseguran que “hoy no es rentable ningún renglón del agro”, debido a la dramática caída de los precios de venta y a la revaluación, que abarató las importaciones y encareció las exportaciones. Y todos los dedos han apuntado a los tratados de libre comercio (TLC), especialmente al que Colombia firmó en el 2006 con EE. UU. y que entró en vigor el 15 de mayo del año pasado.

El argumento contra estos acuerdos es que están inundado al país de productos foráneos que llegan sin aranceles o con aranceles reducidos, con el agravante de que vienen de países desarrollados como EE. UU. o del conjunto de la Unión Europea (UE), que subsidian a sus productores, lo que les permite exportar a precios por debajo de sus costos de producción: algo con lo que los campesinos colombianos no pueden competir. (Lea también: Lo que tiene en jaque al agro colombiano)

Pero aunque es cierto que en virtud de los TLC se han eliminado algunos aranceles para productos del agro, y que a mediano plazo habrá apertura para otros; que muchos de estos productos llegan más baratos que los locales, y que esos bajos precios tienen que ver con los subsidios (el mundo desarrollado entrega ayudas a sus agricultores que superan los 1.000 millones de dólares diarios), con las cifras en la mano, sería un error achacar a estos tratados comerciales la crisis actual de agro.

“Con los TLC se está haciendo más escándalo de los efectos que realmente tienen en este momento”, asegura el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía, quien afirma que el impacto de estos acuerdos, hasta ahora, “es sobre todo psicológico”. (Lea también: El campo parece otro país)

Los números sustentan esta afirmación. Según datos de Top Ten, publicación mensual de la SAC, las importaciones totales de papa en el 2011, por ejemplo, sumaron 15.224 toneladas, que subieron a 19.128 en el 2012. En los dos casos, el mayor proveedor fue Holanda; de Bélgica se trajeron 2.238 toneladas, 4,4 veces más que un año atrás. Sin embargo, en ningún caso este incremento tuvo que ver con el TLC firmado con la UE (a la que pertenecen los dos países), ya que este comenzó a regir hace menos de 40 días.

Las importaciones de papa proveniente de EE. UU., país con el que llevamos un año y cuatro meses de TLC, también aumentaron en 211 toneladas en el 2012 (llegaron a un total de 4.407), pero disminuyeron las compras del tubérculo a países como Argentina. (Lea también: Importación y producción local: equilibrio complejo / Análisis)

En cuanto a la cebolla, otro de los productos protagonistas en los paros, en el 2012 se importaron 110.432 toneladas, 18.000 menos que en el 2011 (entre enero y junio de este año ingresaron 28.700 toneladas). Además, a los países a los que más les compramos fueron Perú y Ecuador, vecinos con los que existe libre comercio desde hace más de una década.

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