¿Qué productos primarios americanos eran los que se exportaban a Europa, teniendo en cuenta también los metales preciosos?
Respuestas
Respuesta:
ahi esta mija aver si te sirve
Explicación:
La sed de oro, las necesidades apremiantes de Europa de acceder a nuevas fuentes de metales preciosos fue uno de los impulsos para la expansión geográfica.
De la producción americana de metales preciosos, durante el siglo XVI las tres cuartas partes se exportaban a Europa. Su recorrido seguía rutas enormemente largas y costosas. De ahí que eso encareciera mucho las mercancías transportadas en uno y otro sentido y que los metales preciosos constituyeran hasta el 95 % de la exportación total de la América española, al ser el único producto colonial que podía absorber los costes de un sistema de transporte en los límites de las posibilidades económicas y técnicas del XVI, dadas las distancias y las dificultades que entrañaba.
Durante buena parte del XVI, todo ese comerio legal entró a Europa por sevilla. Quizá hasta una quinta parte de esos tesoros americanos permaneció en tierras andaluzas, en Sevilla, sus antepuertos y el valle del Guadalquivir. Lo demás seguía camino de inmediato hacia el centro y el norte de Castilla –Toledo, Segovia, País Vasco y Madrid (las consignaciones reales)-. La mayor parte atravesaba Castilla hacia el resto de Europa, dejando atrás inflación y subida de precios. Ciertamente, toda Europa occidental fue la verdadera metrópoli de las colonias americanas desde mediados del XVI y Castilla se limitó desde entonces a ser puerta de entrada de los tesoros coloniales y centro de su rápida distribución.
En cuanto al volumen del tráfico legal: entre 1531 y 1660 llegaron a Sevilla más de 150.000 kilos de oro americano y cerca de 17 milones de kilos de plata legalmente registrados –el 15% entre 1531 y 1580; 67 % entre 1581 y 1630, y 17 % entre 1631 y 1660-. Añadiendo el contrabando es posible que durante el siglo XVI Europa recibiera en total de América hasta 18.300.000 kilos de plata. Las importaciones americanas aumentaron hasta 1660 en el 20 % o más las existencias europeas de oro, y en el 300 % las de plata.