Respuestas
Respuesta:
Para vivir libre es necesario conocerse a uno mismo, y no me refiero a nombre y apellidos, a qué me gusta desayunar o a qué es lo que deseo o no hacer. Más bien, me refiero a esas partes que tanto nos cuesta mirar y que tanto nos duelen cuando los demás cometen la osadía de señalárnoslas.
¿Qué es eso que tanto daño nos hace? ¿A qué nos resistimos? A la envidia, a la soberbia o a la cobardía. Estas son cualidades que todo ser humano posee, que algunos niegan y que otros muchos rechazan.
No obstante, girar la cara ante lo que forma parte de nosotros no evitará que siga estando allí. Conocerse a uno mismo no es fácil, pero tampoco imposible.
Conócete a ti mismo (Nosce te ipsum, tal y como ponía en el Santuario de Apolo en Delfos) y conocerás todo el Universo y a los dioses. Conocerás tus luces y tus sombras.
No obstante, conocerse uno mismo es la base para desarrollar todo el potencial humano que llevamos dentro de nuestro ser. Todos somos diferentes, no obstante, todos tenemos la capacidad de dar al mundo algo que los demás no pueden. Conócete a ti mismo y descubrirás qué es.
Explicación:
Respuesta:
Como revisamos en la entrada anterior, el principal obstáculo para conocernos a nosotros mismos es que no queremos conocernos. Desde que éramos pequeños nos hemos dedicado a construir una imagen de nosotros mismos con la que podamos identificarnos y sentirnos a gusto.
Esta imagen no es una cosa mala. Al contrario, es muy necesaria para crear una autoestima sólida, que nos permita navegar por el mundo, la sociedad y la vida ordinaria. El problema se da cuando nos auto convencemos de que esa imagen es real. Esa imagen nos representa, pero no es quien en verdad somos. Es una creación nuestra.
Enfrentar ese hecho: que no somos la imagen que hemos creado de nosotros mismos, nos aterra. Hemos colocado toda nuestra confianza en esa imagen y reconocer que no es real nos produce una desagradable inseguridad, que a su vez nos causa ansiedad.
“Todos los problemas de la humanidad proceden de la incapacidad del hombre para permanecer sentado, en silencio, a solas en una habitación.”
No en balde estamos siendo continuamente bombardeados de distracciones todos los días. El Internet fue creado con un noble objetivo en mente: poner el conocimiento a disposición de toda la humanidad. Hoy en día, más del 80 por ciento de su capacidad se utiliza en distracción.
Pero distraerse de los problemas cotidianos, una que otra vez, no tiene nada de malo, objeta el apóstol renuente.
De acuerdo, le respondo, pero ¿te has preguntado alguna vez por qué son necesarias tantas y tantas distracciones? Y cada vez son más, y las cifras de problemas de salud relacionados con la ansiedad se disparan año a año.
El problema con las distracciones es que no son buenas para eliminar la inseguridad y la ansiedad. Sólo logran postergarlas por unas horas y luego estas regresan con más fuerza.