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Respuesta:
“Yerma: ¡ No tenemos hijos. . . Juan ! " (…) "¿Es que yo no te quiero?".
Cuando María le comunica a Yerma que está esperando un hijo, ésta se sigue desesperando cada vez más, ya que María lleva únicamente cinco meses de casada. Yerma queda sorprendida ante la noticia. Yerma le confiesa a María su preocupación por no tener aún ningún hijo:
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María: ¡Es verdad! ¿Por qué será eso? De todas las novias de tu tiempo tú eres la única…
Yerma: Es así. Claro que todavía es tiempo, Elena tardó tres años y otras antiguas del tiempo de mi madre mucho más, pero dos años y veinte días, como yo, es demasiada espera. Pienso que no es justo que yo me consuma aquí. Muchas veces salgo descalza al patio para pisar la tierra, no sé por qué. Si sigo así, acabaré volviéndome mala".
Así la ansiedad de Yerma va creciendo porque sus temores de no procrear un hijo se van confirmando. En aquella época todas las mujeres quedaban en cinta al poco tiempo de contraer nupcias, era lo normal. En ese sentido, el entorno ejerce una influencia negativa sobre Yerma porque ella mide la gravedad de su situación a través de los embarazos de las demás.
De esta forma, la lenta espera empieza a consumir y a llenar de resentimiento a Yerma, que incluso actúa con instintos maternales sin serlo, da consejos a otras de cómo cuidar a sus hijos y también les avisa de posibles peligros que los pequeños pueden correr, por ejemplo, mientras no están con ellos en casa
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