Respuestas
Respuesta:
El movimiento que se transmite a la rueda conducida tiene el mismo sentido que el movimiento de la rueda conductora, mientras que su módulo, como veremos más adelante, depende de los diámetros de las poleas.
Dibujo simbólico de un sistema polea-correa directo con los parámetros característicos.
Representación normalizada y parámetros característicos de un sistema polea-correa. Manuel Torres Búa. Licencia CC-BY-SA.
Animación sistema polea-correa directo.
Si nos interesa que el sentido de giro transmitido se invierta, deberemos cruzar la correa.
Dibujo simbólico de un sistema polea-correa con la correa cruzada y los parámetros característicos.
Representación normalizada y parámetros característicos de un sistema polea-correa con la correa cruzada. Manuel Torres Búa. Licencia CC-BY-SA.
Animación sistema polea-correa cruzado.
Ventajas e inconvenientes.
El proceso de transmisión del movimiento con correa es un proceso de elevado rendimiento (95-98%) y precio reducido.
Estos mecanismos son muy empleados en distintos aparatos: electrodomésticos (neveras, lavadoras, lavavajillas...), electrónicos (disqueteras, equipos de vídeo y audio,...) y en algunos mecanismos de los motores térmicos (ventilador, distribución, alternador, bomba de agua...).
Su principal inconveniente es la limitación para transmitir grandes potencias, debido al deslizamiento de la correa sobre la polea.
Partes.
Las poleas no son más que una rueda (llanta) con una hendidura en su centro para acoplarla a un eje en torno al cual giran. Para asegurar el contacto entre polea y correa se talla en la polea un canal o garganta que "soporta" a la correa.
En un sistema de transmisión de poleas son necesarias dos de ellas:
Una conductora, de entrada o motora, que va solidaria a un eje movido por un motor.
Otra conducida, de salida o arrastrada, también acoplada a un eje y que es donde encontraremos la resistencia que hay que vencer
Explicación: