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Respuesta:
Muchas estructuras que constituyen a los microbios, o toxinas que éstos producen, junto con sustancias liberadas durante la fagocitosis ponen en marcha a la defensa de nivel terciario, que son los linfocitos.
Los antígenos son moléculas que provocan una respuesta inmune. Cualquier sustancia no reconocida por el organismo puede funcionar como antígeno.
Los linfocitos T actúan directamente sobre el agente patógeno y lo destruye. En cambio los linfocitos B detectan la presencia de un antígeno y elaboran anticuerpos específicos para ese antígeno. Cuando los antígenos y anticuerpos se unen, se logra que los microorganismos invasores pierdan su toxicidad para el cuerpo.
La respuesta inmune tiene tres características fundamentales:
Específica: cuando a un antígeno determinado se le crea una respuesta determinada.
Tienen memoria: los linfocitos fabrican más fácil y rápidamente anticuerpos para antígenos ya conocidos.
Es moderada y sostenida: existen mecanismos capaces de regular la producción, concentración y persistencia de los anticuerpos del organismo.
Las personas inmunodeficientes tienen reducida la capacidad de producir anticuerpos. La deficiencia puede ser hereditaria o adquirida. Entre las hereditarias se encuentra la agammaglobulinemia de Bruton. Entre la deficiencia adquirida, se encuentra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida