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La historia de la ciencia nos ayuda a determinar la propias raíces de la ciencia, el origen del conocimiento científico, contribuye a determinar cuál ha sido la evolución de las ideas científicas, cuáles fueron las condiciones sociales, políticas o económicas que condicionaron o determinaron el desarrollo científico.
Introducir la perspectiva histórica nos facilita la comprensión de la naturaleza de la ciencia y su crecimiento, nos permite destacar los aspectos humanos de la ciencia, como hecha por hombres y mujeres en la génesis y aplicación de los descubrimientos y teorías., como obra humana y como construcción social. Nos permite analizar y sopesar los aspectos positivos y negativos de las aplicaciones científicas, su carácter dinámico y abierto en continua revisión.
La historia de la ciencia además de un gran valor formativo, es parte de la cultura y de la historia de la humanidad puede contribuir a desmitificar la neutralidad de la ciencia, su imparcialidad, objetividad, rigurosidad, precisión y sobre el papel del científico como un genio despistado, poseedor de la verdad, objetivo, imparcial, preciso y autónomo, adquiriendo una visión de las relaciones entre ciencia y sociedad que pasan de ser idílicas y salvadoras a negativas y siempre destructivas.
La historia de la ciencia contribuye a la adquisición de una imagen más real de la ciencia y del trabajo científico, a adiestrarnos en valorar y sopesar aspectos positivos y negativos de la investigación científica y en sus aplicaciones y nos ayuda a adiestrarnos en la toma de decisiones y de postura una vez analizada críticamente la situación objeto de nuestro estudio.
Ello implica una presentación más contextualizada de las diferentes aportaciones científicas, introduciendo junto con los principales conceptos y teorías científicas, como se han generado, los problemas asociados a su formulación, los obstáculos que han tenido que vencer para su implantación, los condicionantes y repercusiones sociales, para lo que es imprescindible conocer el contexto histórico en el que se generaron.
El estudio de cualquier tema puede hacerse desde dos perspectivas: un estudio diacrónico, a través del tiempo, o un estudio sincrónico, sin tener en cuenta la evolución histórica, sino contemplándolo en una determinada época.
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