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Respuesta:
Las causas del conflicto son variadas y complejas, pero pueden resumirse en:
Los términos d
el tratado de Versalles: Luego de la Primera Guerra Mundial, se impuso a Alemania un tratado de rendición incondicional de términos opresivos, que le impedía a la devastada nación volver a tener un ejército, le arrebataba el control de sus colonias africanas y le imponía una deuda prácticamente insaldable con los países victoriosos. Esto había gestado un amplio rechazo popular y la teoría de que la nación había sido apuñalada por la espalda y se hallaba bajo control de potencias extranjeras como la URSS.
La aparición de Adolfo Hitler y otros líderes carismáticos: Estos dirigentes políticos supieron capitalizar el descontento popular y construir movimientos nacionalistas radicales, cuyo principal objetivo fue la recuperación de las pasadas grandezas nacionales a través de la militarización de amplios sectores sociales, la expansión de los territorios nacionales y la instauración de gobiernos totalitarios (de partido único). Es el caso del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (Nazi), o el Fascio italiano liderado por Benito Mussolini.
La Gran Depresión de los años 30: Esta crisis financiera internacional que afectó particularmente a los países europeos golpeados por la Gran Guerra (I Guerra Mundial), imposibilitó a las naciones deprimidas para resistirse al surgimiento del fascismo y la ruptura del orden democrático. Además, empujó aún más a las poblaciones europeas a una situación de desesperanza que era propicia para el surgimiento de propuestas radicales.
La Guerra Civil Española (1936-1939): El cruento conflicto español en el que el estado nacionalsocialista alemán intervino en apoyo de las tropas monárquicas de Francisco Franco, en violación flagrante de tratados internacionales de no intervención extranjera, sirvió a la vez de prueba a la recién instituida Luftwaffe (aviación) alemana, y como evidencia de la timidez de los países aliados, que postergaron el conflicto venidero hasta el margen de la pasividad y que alentó aún el atrevimiento alemán.
Las tensiones chino-japonesas: Luego de la Primera Guerras Sino-japonesa (1894-1895), las tensiones entre la creciente potencia asiática de Japón y sus vecinos competidores como China y la URSS eran constantes. El Imperio de Hiro Hito aprovechó en 1932 el estado de debilidad en que la Guerra Civil entre comunistas y republicanos había dejado a la China, para iniciar la Segunda Guerra Sino-japonesa y ocupar Manchuria. Esto sería el inicio de la expansión nipona (sobre todo en el Asia menor), que conduciría al bombardeo de la base norteamericana Pearl Harbor y la entrada formal de los Estados Unidos al conflicto.
La invasión alemana de Polonia: Luego de haberse anexionado pacíficamente Austria y los sudetes alemanes en Checoeslovaquia, el gobierno alemán estableció un pacto con la URSS para repartirse el territorio polaco. A pesar de la resistencia militar activa que ofreció esta nación de Europa del este, las tropas germanas la anexionaron al naciente III Reich alemán el 1 de septiembre de 1939, ocasionando la declaración formal de guerra de Francia y el Reino Unido, dando así inicio formal al conflicto.