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Par Agustín Hipona el descubrimiento de la verdad no es una búsqueda ordenada y planificada al modo escolástico, sino que crece y se alimenta de experiencias autenticas, de reflexión critica y de un insaciable deseo por dar con la verdad. Vida y pensamiento aparecen entrelazados en el filosofo de la verdad. Empapado de la cultura de su tiempo, predominantemente literaria y fundada sobre el estudio de la retorica y la filosofía presente clásicos. San Agustín interpreta y amplia la búsqueda de la verdad al campo de la sabiduría cristiana.
Para Agustín de Hipona el hombre es un compuesto de dos elementos: alma y cuerpo. El alma se identifica con la razón, es la que define propiamente al hombre y es una sustancia dotada de razón destinada a regir un cuerpo.
El alma y el cuerpo pertenecen a dimensiones distintas, el alma es inmoral, espiritual y sede de la inteligencia; el cuerpo es material y debe ser dirigido por el alma, cosa que no siempre ocurre.
San Agustín de Hipona, mejor conocido como San Agustín fue un santo, padre y doctor de la iglesia católica. Uno de los máximos genios de la humanidad para entonces, el primer milenio. Gran parte de su vida la dedicó a escribir sobre teología y filosofía.
El mal: Además de su incesante lucha contra la herejía, tomó muchas ideas de Platón, sobre todo al considerar que el mal no es más que ignorancia.
El amor: aunque en general el amor forma parte fundamental de las ideologías cristianas, para San Agustín formó parte fundamental de todos sus estudios, de toda su ideología; tanto que fue estudiado por importantes intelectuales como el caso de Hannah Arendt (importante filósofa alemana del siglo XIX). No en vano hoy día se dice “ama al prójimo como a ti mismo”, versión que tomó el mismo San Agustín de la biblia.
La Violencia: Si decimos que era parte fundamental de sus estudios sus creencias al amor, se nos hace evidente toda idea contraria a la violencia por parte de San Agustín. Quién estaría además completamente en contra de los pecados, aunque no del pecador. Estuvo siempre en miras de acabar con la guerra, pero no con violencia, sino mediante la palabra; mediante el amor y la paz.
Los Hombres: pensaba además que los hombres adquirirían la plenitud únicamente al descansar con Dios; pues Dios creó a los seres humanos para él.