Respuestas
Respuesta: A menudo nos encontramos ante la duda de cómo podemos con nuestro comportamiento influir positivamente en el desarrollo sostenible, es preciso entender que los problemas que afectan la sostenibilidad no están restringidos a las grandes empresas, de una forma u otra todos contribuimos con nuestro granito de arena.
Las soluciones a los problemas que afectan el desarrollo sostenible no debe limitarse únicamente a las políticas, estrategias y estándares diseñados y establecidas en las empresas.
Aunque parezcan insignificantes, nuestras acciones individuales pueden contribuir considerablemente y de manera positiva en la sostenibilidad, es preciso nuestro compromiso y concientización para lograr un desarrollo verdaderamente sostenible.
A continuación les presento un conjunto de medidas que debemos contemplar para contribuir con esta causa.
Reducir (no malgastar recursos)
Controlar el consumo de agua en la higiene, riego y piscinas.
Incorporar dispositivos de ahorro del agua en grifos y cisternas.
Ducha rápida; cerrar grifos mientras nos cepillamos los dientes, afeitamos o enjabonamos.
Proceder al riego por goteo, regar a primeras y últimas horas del día.
Reducir el consumo de energía en iluminación, usar bombillas de bajo consumo
Apagar las luces innecesarias (vencer inercias) y aprovechar al máximo la luz natural.
Utilizar sensores de movimiento para que se encienda la luz sólo cuando es necesario
Reducir el consumo de energía en calefacción, refrigeración y cocinado.
Aislar (aplicar las normas adecuadas de aislamiento de las viviendas)
No programar temperaturas muy altas (abrigarse más) o excesivamente bajas; utilizar temporizador y situar los termostatos en lugares adecuados.
Apagar los radiadores o acondicionadores innecesarios
Cocinar de manera eficiente: aprovechar el calor residual, no calentar más agua que la necesaria
Reducir el consumo de energía en transporte, usar transporte público, la bicicleta y/o desplazarse a pie.
Organizar desplazamientos de varias personas en un mismo vehículo.
Reducir la velocidad, conducir de manera eficiente.
Evitar los ascensores siempre que sea posible.
Cargar adecuadamente lavadoras, lavaplatos, etc.
Apagar completamente la TV, el ordenador y otros electrodomésticos.
Cuando no se utilizan; desconectar los cargadores de móviles y de otros aparatos electrónicos.
Disminuir el consumo de pilas o utilizar las que sean recargables.
Descongelar regularmente el frigorífico, comprobar que las puertas cierran bien, revisar calderas y calentadores.
Reducir el consumo energético en alimentación, mejorando al mismo tiempo.
Consumir productos de temporada y de agricultura ecológica.
Reducir el uso de papel, evitar imprimir documentos que pueden leerse en la pantalla.
Escribir, fotocopiar e imprimir a doble cara y aprovechando el espacio (sin dejar márgenes excesivos)
Evitar el correo comercial; borrarse de las bases de datos de las empresas de publicidad.
Felicitar, comunicar y convocar reuniones electrónicamente.
Utilizar papel reciclado.
Reducir (¡mejor evitar!) el uso de plásticos, latas, objetos con pilas, materiales con sustancias tóxicas, etc.
Evitar aparatos y juguetes eléctricos con pilas.
Reducir el consumo de productos que contengan sustancias tóxicas, como insecticidas, disolventes, desinfectantes, quita manchas, abrillantadores, productos de limpieza agresivos.
Rechazar el consumismo: practicar e impulsar un consumo responsable.
No dejarse arrastrar por campañas comerciales: San Valentín, Reyes, entre otras.
Programar las compras (ir a comprar con lista de necesidades)
Reutilizar todo lo que se pueda
Reutilizar el papel.
Frenar el consumo de recursos naturales conjugando los cuatro principios de crecimiento económico, protección del medio ambiente, desarrollo social y gobernabilidad.