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Un día surge la obligación de escribir un texto que está supuesto a trascender, y es ahí cuando entra el miedo de no escupir cualquier palabra, por lo menos en mi caso. No quiero fingir que mi pensamiento es único, y hablar como si mis palabras fueran estructuradas por algún ser superior que me hace hablar con sabiduría y coherencia. Al contrario, mi vocabulario aún es pobre y acepto ser el resultado de todo aquello que ha ido rozando mi vida con tal sutileza; que a veces me hace creer la tonta idea, que la lógica que encuentro al observar es mía. Un primer texto que se convierte en un punto más dentro del universo en que vivimos, donde después de tanto buscar regreso a una posición donde recargo mi cabeza sobre mis manos y sonrío; para compartir el proceso de lo que experimenta mi curiosidad y donde ya no pienso en ¿qué pasará?, sino sólo espero. Mientras escribo esto, me digo repetitivamente enfócate sólo en un punto y así poder ser claro con lo que deseas transmitir. Me solían decir que el que mucho abarca poco aprieta, pero también creo que el mundo es un pastel con muchísimos sabores, donde unos prefieren quedarse con el del doctor, otros con el de derecho, artista, químico, publicista, en fin... Vivimos en un mundo donde la gente decide dejar de probar para casarse con un sabor y fingir ser especialista. Como respuesta a esto diario me digo experimenta todo lo que existe, porque estoy casi seguro que si el mundo o la vida misma no quisiera que el hombre hiciera, no le daría tantas opciones para estar. Así que; espero ser claro y directo en mis ideas, con una filosofía estable que con el tiempo al irse desarrollando el blog, baste una palabra para describirlo. Mientras tanto sólo sueño, y deseo ser hormiga con pijama de roedor.
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