Respuestas
Respuesta:
- Filtración: Ciertas estructuras renales llamadas globulosos filtran el contenido nitrogenado de la sangre, impidiendo el paso de células y sustancias más grandes, a modo de tamiz. Cada 24 horas se filtran a través de ellos unos 180 litros de sangre aproximadamente (en ambos riñones).
- Re absorción: Muchos de los componentes filtrados vuelven a la sangre antes de que se forme la orina. Así se puede recuperar agua, sales, azúcares y aminoácidos disueltos, que son re aprovechables y cuya eliminación resultaría en mayor desgaste metabólico.
- Secreción: La orina se forma entonces en los globulosos, es llevada por la pelvis renal por el uréter hacia la vejiga y allí se almacena. Una vez reunidos unos 250 a 500ml de orina, se inician ciertas contracciones y relajaciones del estantería que producen el reflejo de la micción. Entonces la orina es liberada por la uretra y se expulsa del cuerpo.
Explicación:
Respuesta:
El sistema excretor
El sistema excretor, también denominado aparato urinario humano, es un conjunto de órganos y otras estructuras que se encargan de eliminar la orina y el sudor, los cuales son los líquidos que tienen diluidas sustancias no aprovechables por el cuerpo humano.
Este sistema cumple una función fundamental al excretar la orina, dado que la acumulación de las sustancias presentes en ella puede implicar graves problemas de salud, tales como intoxicaciónes, infecciones y fallos orgánicos.
Mantener una buena higiene y mantenimiento de este sistema, además de llevar unos hábitos alimenticios saludables, garantiza unos estados de salud óptimos, además de evitar enfermedades tales como la cistitis, cálculos renales, nefritis e insuficiencias renales.
Partes de este sistema
En el proceso de la excreción están implicados los dos riñones y varias vías excretoras. A continuación vamos a detallar estas partes y explicar sus funciones durante el proceso de eliminación de productos de desecho.
Riñones
Se trata de dos órganos cuya función es la de filtrar la sangre y producir la orina.
Los riñones se ubican en torno a la columna vertebral, a la altura de las vértebras lumbares, y están rodeados por tejido adiposo o graso que los mantienen a una temperatura adecuada además de protegerlos de impactos exteriores.
Su forma es similar a la de dos judías, midiendo 12 cm de largo, 5 cm de largo y 3 cm de grosor, pesando unos 150 gr cada uno.
En su interior se distinguen dos zonas. Por un lado tenemos la corteza, la cual es de un color amarillento y se sitúa en la periferia de este órgano y, por el otro lado, tenemos la médula, que se encuentra más hacia el interior y es de color rojizo. Debajo de la médula y la corteza se encuentra la pelvis renal, la cual recolecta la orina y la dirige hacia el uréter. En esta pelvis renal entra una arteria y sale una vena.
En la capa exterior de los riñones se encuentran las nefronas, las cuales son unos filtros de muy reducido tamaño compuestos por una extensa red de vasos sanguíneos que filtran la sangre para poder formar la orina. En cada nefrona se encuentran tres subestructuras: el glomérulo de Malpighi, la cápsula de Bowman y el túbulo renal.
Los riñones cumplen dos funciones fundamentales para la supervivencia del organismo. Actúan como órganos reguladores, dado que mantienen en sangre unos niveles óptimos de nutrientes como sales y glucosa, además de tener suficiente agua para que puedan ser transportados de la forma más eficiente posible.
Además de su función reguladora, sirven como las depuradoras del cuerpo humano, dado que se encargan de extraer aquellas sustancias que puedan ser dañinas si son almacenadas en grandes cantidades, como lo son la urea, el principal componente de la orina, y el ácido úrico.
Las enfermedades y disfunciones de los riñones pueden ser condiciones extremadamente perjudiciales para los seres humanos. Por este motivo se tratan de unos de los órganos más trasplantados, dado que su incorrecto funcionamiento puede provocar la muerte.
Vías excretoras
Son conductos y cavidades por las que pasa la orina y ésta es eliminada. Básicamente son tres: uréteres, vejiga y uretra.
1. Uréteres
Consisten en dos tubos largos que comunican la pelvis renal con la vejiga. Están compuestos por fibra muscular lisa y epitelio musculoso, además de terminaciones nerviosas. Estos componentes se encargan de regular el paso de la orina hacia la vejiga, impulsándola.
Las terminaciones nerviosas son muy sensibles, por ese motivo, las personas que sufren de algún tipo de obstrucción como un cálculo renal sienten mucho dolor.
2. Vejiga
Posiblemente, junto con los riñones, se trate de la parte del sistema excretor más conocida. Es un órgano hueco en donde se almacena la orina, la cual llega a través de los dos uréteres procedentes de los riñones.
La vejiga es un órgano elástico, capaz de modificar su tamaño para poder almacenar gran cantidad de líquido gracias a que está formada por paredes de fibra muscular, la cual puede dotarle de hasta un litro de capacidad.
Aunque la capacidad de este órgano puede llegar a ser muy alta, es a partir de los 400 o 500 centímetros cúbicos de capacidad cuando se sienten las ganas de orinar.
3. Uretra
Es el último conducto por el cual pasa la orina antes de ser eliminada. Se trata de un tubo que conecta con el exterior del cuerpo que se sitúa en la parte inferior de la vejiga. Posee dos esfínteres con tejido muscular que se encargan de regular la salida de la orina.