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Uno de los aspectos más importantes de la educación integral de nuestros estudiantes es el referido a la formación ciudadana y cívica. Por eso, su enseñanza no solo debe hacerse a través de un área, sino de todas las actividades del plantel. Por ello, tiene sentido que el sistema educativo peruano considere como un eje transversal en todo el currículo escolar la formación para una “nueva y moderna ciudadanía”.
En lo que respecta al desarrollo de un curso determinado, en Inicial y Primaria existe el área Personal Social que contiene el componente de la formación ciudadana y cívica. En Secundaria, estos aprendizajes se consideraban anteriormente en el área de Ciencias Sociales. A partir del 2009, se enseñan mediante un área curricular específica, con dos horas obligatorias a la semana, de primero a quinto de secundaria, y a cargo de un educador especializado.
Esta formación tiene por finalidad desarrollar un sólido quehacer ciudadano y cívico, para afianzar la conciencia histórico-nacional y nuestra identidad peruana.
Promueve y dinamiza la participación del estudiante en el abordaje y solución de asuntos y problemas propios de sus espacios, a partir del diálogo, la reflexión y su puesta en práctica mediante la ejecución de proyectos.
También desarrolla contenidos teórico–prácticos sobre interculturalidad, defensa nacional, patriotismo, deberes, valores, derechos humanos y cultura de paz. Todo ello poniendo en ejercicio el pensamiento comprensivo, analítico, creativo y crítico.
Es bueno mencionar que la formación ciudadana y cívica vigente tiene que ver, también, con la internalización y cumplimiento de las normas, así como el desarrollo de la disciplina personal y grupal, en el marco de una consistente convivencia democrática.
Pero tal vez lo más importante es que fomenta el compromiso con los demás, las iniciativas conjuntas, así como las tareas cívicas que impliquen a otras colectividades.
No podemos dejar de mencionar la importancia del rol del hogar, así como de las comunidades educadoras para generar ciudadanía y civismo.
El desafío, al final de cuentas, es que nuestros niños, niñas, jóvenes y adultos transfieran o apliquen lo aprendido a situaciones de su vida personal, familiar, ciudadana y laboral. Naturalmente, para contribuir a la construcción permanente de una sociedad con bienestar, justicia, paz, ética e inclusión plena.
ESPERO QUE TE SIRVA.. =D