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Es un remix audiovisual del cine peruano de los años 70s, pintando una imagen de la sociedad peruana de la época junto con el ambiente político que atravesó y como está, habiendo tenido lugar hace medio siglo, aún tiene repercusiones en la actualidad, creando paralelos que te deja a uno mismo como tarea para analizar y pensar a dónde se dirige nuestro Perú.
Muchas veces he escuchado hablar de que el Perú es analfabeta visualmente, no tenemos noción de la historia visual nacional, debido a la obvia falta de un registro nacional de cine, o siquiera algún lugar en donde rentar clásicos peruanos, de tanto comedia, acción o drama, películas que ni conocía y que ahora me quitaran el sueño pensando cuando podré verlas en su totalidad (unas que resaltan son una película de un asalto a un banco que muy bien podría ser una “Heist movie” hollywoodense, una comedia de un hombre de la sierra viniendo a la ciudad y no dejándose “cholear” por los limeños demostrando que es igual de vivo que ellos, y otra de nuestro “Cholo” Sotil, nombre que cualquier fanático del fútbol conocerá)
Pequeños detalles que desde un punto de vista técnico me hacen pensar en el trabajo detrás de cámaras, distrayendome por segundos, antes de volver a agarrar el hilo narrativo de las entrevista, cosas pequeñas, que al igual que con el trabajo anterior del director, “Rocanrol 68” me frena “el feeling” se podría decir, pero no por eso le quita méritos lo logrado.
Por el lado cinematográfico, el material original creado para este, el de los entrevistados, es impecable, plasmando sus opiniones y conocimiento de la época en locaciones que cuentan una historia aparte, con sus paredes destartaladas, madera podrida, de residenciales que vivieron la epoca, instituciones actuales donde los hijos de campesinos ahora estudian, o de ambiente simple y hogareño de muchos de sus protagonistas. Junto con la yuxtaposición de un dia en el campo de unos campesinos actuales, grabado de manera impecable bajo la luz de atardecer, mostrando la evolución, o la falta de ésta, en cuanto al trato y trabajo a la tierra que sus nuevos dueños le dan, además de las típicas tomas de drone nos dan una perspectiva mayor en cuanto al colosal tamaño que algunas de estas haciendas tenían y que no son nada más que ruinas ahora.
Si falto algo, creo que me hubiera gustado ver más paralelos en cuanto al pasado y el presente, para tal vez martillar bien la idea de que esto fue el Perú y a veces, aún lo es.
Hubo un momento llegando al final donde se revela un pedazo de información que me emociono tanto como cuando John Hurt fue revelado como el War Doctor en el final de la serie 7 de “Doctor Who”. Fue alucinante y la gente de la función también se sorprendió.
Es una obra audiovisual que se ha ganado su lugar entre las mejores películas peruanas de los últimos años y como decía la canción del final: “ya derrotamos la oligarquía, el pueblo quiere revolucion~