Respuestas
el estado interventor
Política y economía, para el Estado, son hoy dos caras de la misma moneda.
Se debe en gran medida, no tanto al crecimiento de la economía, como al astronómico crecimiento del Estado.
El cual invade todas la áreas de la sociedad, buscando el poder y el control de cuanto pueda caer en su voracidad, interventora y, lo que es peor, recaudatoria.
El estado liberal, no interventor , o la teoría hayekiana que considera que la planificación y el control van «pari pasu» con el fracaso del progreso económico, son dos posturas difíciles de sostener hoy día.
No porque no sean rigurosamente ciertas, sino porque la propia sociedad actual, instalada en la subvención y en el bienestar que le proporciona el «Estado interventor y protector».
La sociedad no está dispuesta a atender a las razones de peso que esgrimen autores tan prestigiosos como el ya citado Hayek u otros, tales como Isahia Berlin o Raymond Aaron.
Estos son hoy tildados peyorativamente de neoliberales, por aquellos que se reclaman de progresistas, como si el ser liberal, nuevo o viejo, fuera una cosa recusable y perniciosa.
Sin embargo así se alzan las voces de quienes defienden el control férreo de la economía por parte de las instituciones políticas y proclaman que el Estado es el factotum del bienestar, sin comprender la evidencia proclamada por Gitta lonescu, de que «no es el Estado quien genera el bienestar, sino las empresas creadoras de riqueza».