Respuestas
Cada una de estas líneas suelen tener rima entre sí, o sea, un sonido de vocales similar, sobre todo en la última palabra de las líneas, aunque esto no es una regla ni se cumple en todos los poemas. Por el contrario, existen muchos poemas sin rima alguna.
Tampoco existe alguna regla que determine la longitud de los poemas. Los hay muy extensos o de una sola línea.
Sin embargo, una extensión estándar oscila entre tres y seis estrofas, longitud suficiente para transmitir una idea o sentimiento a través de la poesía.
10 poemas de tres estrofas de autores renombrados
1- El mar lejano
La fuente aleja su cantata.
Despiertan todos los caminos…
Mar de la aurora, mar de plata,
¡qué limpio estás entre los pinos!
Viento del Sur, ¿vienes sonoro
de soles? Ciegan los caminos…
Mar de la siesta, mar de oro,
¡qué alegre estás sobre los pinos!
Dice el verdón no sé qué cosa…
Mi alma se va por los caminos…
Mar de la tarde, mar de rosa,
¡qué dulce estás entre los pinos!
Autor: Juan Ramón Jiménez
2- Melancolía
Oh, muerte, yo te amo, pero te adoro, vida…
Cuando vaya en mi caja para siempre dormida,
Haz que por vez postrera
Penetre en mis pupilas el sol de primavera.
Déjame algún momento bajo el calor del cielo,
Deja que el sol fecundo se estremezca en mi hielo…
Era tan bueno el astro que en la aurora salía
A decirme: buen día.
No me asusta el descanso, hace bien el reposo,
Pero antes que me bese el viajero piadoso
Que todas las mañanas,
Alegre como un niño, llegaba a mis ventanas.
Autor: Alfonsina Storni
3- Esto
Dicen que finjo o miento.
Todo lo escribo. No.
Yo simplemente siento
Con la imaginación.
No uso el corazón.
Todo lo que sueño o vivo,
Lo que me falla o acaba,
Es como una terraza
Aún sobre otra cosa.
Esa cosa es la que es bella.
Por eso escribo en medio.
de lo que no está al pie,
Libre de mi ensueño,
Serio de lo que no es.
¿Sentir? ¡Que sienta quién lee!
Autor: Fernando Pessoa
4-Avestruz
Melancolía, saca tu dulce pico ya;
no cebes tus ayunos en mis trigos de luz.
Melancolía, basta! Cuál beben tus puñales
la sangre que extrajera mi sanguijuela azul!
No acabes el maná de mujer que ha bajado;
yo quiero que de él nazca mañana alguna cruz,
mañana que no tenga yo a quién volver los ojos,
cuando abra su gran O de burla el ataúd.
Mi corazón es tiesto regado de amargura;
hay otros viejos pájaros que pastan dentro de él…
Melancolía, deja de secarme la vida,
Autor: César Vallejo