Respuestas
Respuesta:
Aunque el aumento en los impuestos a los licores y al cigarrillo ha tenido un efecto en el mayor recaudo de tributos –y en el caso de este último producto implicó en el 2017 la caída del 23 por ciento en las ventas, al bajar a 521 millones de paquetes en ese año para beneficio de la salud–, la otra cara de la moneda es el incremento en los indicadores de contrabando.
Mientras el comercio ilícito de bebidas destiladas en Colombia se calcula en el 22 por ciento, según la firma Euromonitor International, y el de cigarrillos llegó al 25 por ciento, de acuerdo con un estudio contratado por la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), los ojos de los expertos reunidos en el quinto encuentro de la Alianza Latinoamericana Anticontrabando (Alac), que se realiza en San José (Costa Rica), están puestos sobre la justa medida que debe tener la carga fiscal a este tipo de productos.
En el foro, Jeffrey Hardy, director general de la Alianza Transnacional para Combatir el Comercio Ilícito (Tracit, por su sigla en inglés), presentó los resultados del Índice del Ambiente de Comercio Ilícito Global, elaborado por la publicación The Economist. En dicho escalafón, los primeros lugares los ocupan los países más desarrollados, en los que hay menor facilidad para el comercio ilícito. Entre tanto, Colombia está en el puesto 43 entre 84 países.
Hardy recomendó a países como Colombia racionalizar las políticas fiscales, aspecto que toda América Latina debería trabajar de forma prioritaria.
Y es que, según el experto, los impuestos más altos y la regulación complicada en países donde hay altos niveles de ilícitos, como Brasil, Colombia, Perú y México, “crean más incentivos para el comercio ilícito, y todos pierden, excepto los contrabandistas y los falsificadores”.
Por lo tanto, los esfuerzos de colaboración y la confianza son claves para ganar esta batalla. Hardy agrega que, por ejemplo, Chile, el primer país de América Latina en el escalafón (puesto 30 con una nota de 69,1 sobre 100), tiene una de las cargas fiscales más bajas de la región y posee la tasa más baja de ilícitos.
Según cifras de la Dian, en el 2017 el recaudo de aranceles e IVA por concepto de cigarrillos y licores subió 61,1 por ciento, al sumar los dos rubros 183.656 millones de pesos, pero en el 2018 la cifra se mantuvo estable y se ubicó en 183.802 millones de pesos, para una variación anual de solo 0,1 por ciento.
N
Explicación: