Respuestas
La clase media alemana del siglo XVIII, XIX y parte del XX, no deseaba parecerse a la clase obrera puesto que esta padecía unas condiciones vitales extremadamente arduas: jornadas de trabajo extensas (hasta 15 horas continuas), mal remuneradas, sin protección ante posibles accidentes laborales (servicios de salud, indemnización) y cobertura sanitaria familiar, además de ser relativamente común el trabajo infantil (a partir de los cinco años) y el menosprecio al trabajo de la mujer (devengaba la mitad del salario de un hombre).
En definitiva, un escenario que ningún integrante de la clase media deseaba recrear. La clase obrera urbana estaba integrada básicamente por el escalafón social más bajo, usualmente personas sin formación escolar, técnica o profesional.