necesito un dialogo entre una persona argentina y un mexicano porfa que no tenga nada de groserias ni vulgaridades porfa
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Explicación:
–Hagamos un recorrido por su niñez para ver cómo se gestó su vocación.
–Nací en San Isidro, en una familia de varias generaciones de sanisidrenses. En la época en que yo pasé mi infancia y mi adolescencia, vivir en San Isidro era ser pueblerino. No parecía que estábamos a 23 kilómetros de la capital sino mucho más... Yo empecé a venir al centro recién cuando fui a la facultad. Vivíamos cerca del Colegio Marín y ahí fui 12 años, mañana y tarde. La congregación de los hermanos de La Salle era minuciosa en lo relacionado con la ética, la moral y las disciplinas del lenguaje, las artes y las ciencias. Lo menciono porque tengo fuerte raigambre con esta formación. Mi padre murió de un infarto (en esa época se decía “síncope”), cuando yo era bastante chico. Y mi madre se hizo cargo con mucha solvencia de sus tres hijos. Siempre nos educó con alegría, en un clima que excluía sentimientos como la avaricia, la mezquindad y la envidia. Fui criado con mucho amor. Si había carencias no se notaban porque mi madre era extremadamente alegre y positiva. En ese contexto me formé con un hermano mayor, que me lleva nada más que un año, y un hermano más chico al que le llevo siete. A los 14 años decidí ser voluntario en el Museo Pueyrredón, de San Isidro. Y cuando me formé profesionalmente me especialicé en museos de Historia, como el Museo de la Casa Rosada. Y, por gusto personal, también en museos de arte.
–¿Cuántos años hace que trabaja en el Museo de la Casa Rosada?
–Este año voy a cumplir 38 años. Empecé como pasante en el Museo de la Casa Rosada en 1974, mientras estudiaba Museología y Artes Decorativas. Con el golpe de 1976 perdí la pasantía. Seguí estudiando hasta que ya cuando regreso fue por concurso, en 1978. Desde ahí estuve, ininterrumpidamente, trabajando en el Museo de la Casa Rosada, que ahora se denomina Museo del Bicentenario.
–Usted defiende a rajatablas la democracia y los derechos humanos. Debe haber tenido que quedarse callado más de una vez durante la dictadura...
–Durante la dictadura el museo quedó sólo para exhibir objetos de presidentes y dependíamos de Casa Militar. No le prestaban mucha atención que digamos, y eso nos ayudaba porque lo consideraban un arte menor, así que no sufríamos ningún tipo de intromisión. Arquitectónicamente estaba venido a menos y más de una vez quedaba cerrado al público. Fue un modo de resistencia a la espera de que volviéramos a vivir en democracia. Felizmente, hoy tenemos un museo que no tiene mucho que envidiarles a los mejores del mundo. En este mismo proyecto, la arquitectura original ha sido puesta en valor, adecuándosela, con avanzada tecnología y diseño museográfico contemporáneo, constituyendo un espacio de protección internacional. Este museo abarca un guión expositivo que incluye aspectos de la Historia Nacional vinculados a la Casa Rosada, el Fuerte, la Aduana Taylor (con un muelle de 300 metros para que los grandes buques pudieran cargar y descargar la mercadería de las importaciones y las exportaciones) y la Plaza de Mayo, así como un área artística que exhibe hitos de nuestro patrimonio y cuya pieza central es el mural llamado Ejercicio plástico, de David Alfaro Siqueiros (nacido en México en 1896), recuperado para su exhibición pública por iniciativa de Cristina Fernández de Kirchner.
–¿En cuántas secciones se divide el Museo del Bicentenario?
–El Museo tiene tres áreas. La “Patrimonial Arquitectónica” abarca el Edificio Aduana Taylor (1855-1895) y restos del Fuerte de Buenos Aires (1720-1880). Otra es “Patrimonio Histórico”, e incluye: Fundación y Fuerte de Buenos Aires y los 200 años de historia nacional (1810-2010). Finalmente, el “Patrimonio Artístico”, con obras de maestros argentinos (siglo XX) y el mural Ejercicio plástico, del artista mexicano David Alfaro Siqueiros (1933). El Patrimonio Histórico abarca 14 temas, como: la Revolución de 1810; unitarios y federales; organización del Estado Nacional; la gran inmigración y el orden conservador (1890-1912); sufragio popular; la Década Infame; el peronismo; la Libertadora y la resistencia peronista (1955-1968); la juventud, organizaciones políticas, sociales y organizaciones armadas revolucionarias (1968-1973); de Cámpora a Perón (1973-1976); el proceso de reorganización nacional (1976-1989); la recuperación democrática (1983-1989); el neoliberalismo (1990-2002) y la recuperación política, económica y social, la patria del Bicentenario (2003-2010), entre otros ítem.
–Veo que muchos visitantes llegan preguntando por el mural de Siqueiros.
–Sí, es una maravilla. Quedó a merced de las inclemencias del tiempo, tanto del tiempo que pasa como de las condiciones climáticas (el calor, la humedad, etc., etc., todas cuestiones que dañan a cualquier obra). La Presidenta pactó con el presidente de México que ellos iban a enviar los mejores restauradores para que se pudiera salvar esta gran obra que estaba en distintos containers.