1. Lee el siguiente texto y resalta los argumentos que identifiques en la primera lectura.
Vivir la alegría
La felicidad es la máxima aspiración general, aunque difusa, de los seres humanos, Por su parte, la alegría es su manifestación más directa. Un sentimiento pasajero, pero intenso, positivo y gozoso, que nos ayuda a vivir con más ligereza.
Nadie nos pidió permiso para traernos al mundo, pero aquí estamos y, desde que vemos la luz, todos los humanos nos empeñamos con obcecación en dos cosas: seguir vivos y ser felices.
Por fortuna, el estado natural del ser humano es la alegría. Aunque para algunos militantes del pesimismo hostil proclamarse feliz es propio de gente frívola o simple, la verdad es que la mayoría de las personas se considera feliz y afronta su existencia con alegría de vivir. Como dijo el filósofo británico Bertrand Russell, "por muchos argumentos que se esgriman, la razón no se opone a la felicidad". O sea, que se puede ser feliz y profundo al mismo tiempo.
Los investigadores de la emociones consideran que la alegría puede ser causada por diversos factores. Algunos de ellos tienen que ver con las teorías de la contraemoción, según las cuales a cada desarrollo emocional primario le sigue un proceso de reacción; así, cuando concluye una situación de tensión fuerte (por ejemplo, la extinción de un dolor físico, la resolución de un problema difícil o después de "pasar un mal trago"), la sobrecarga emocional disminuye y la alegría se activa. […]
La alegría también surge como consecuencia de un acontecimiento positivo. Una llamada telefónica esperada con ansiedad y que por fin nos trae el mensaje que queríamos oír desencadena el júbilo, la euforia o la vitalidad. Y una caricia o frase de amor probablemente desencadene el gozo y el estremecimiento. Hay muchos modos de experimentar alegría, muchas maneras de "tener su tibia hermosura entre las manos", como escribió el poeta José Hierro en un libro titulado, precisamente, Alegría.
Y aún queda un tercer factor de activación de la alegría: es la sensación de sentirnos valiosos frente a nosotros mismos. Para que esto suceda no es necesario ser alguien importante; cada uno en nuestro mundo, aunque sea modesto, podemos ser valorados.
Respuestas
Se lee el siguiente texto y resalta con negrita los argumentos, es decir, los razonamientos que demuestran y justifican, en este caso, la posición a favor de "Vivir la alegría" en donde la felicidad es la aspiración del ser humano:
Vivir la alegría
La felicidad es la máxima aspiración general, aunque difusa, de los seres humanos, Por su parte, la alegría es su manifestación más directa. Un sentimiento pasajero, pero intenso, positivo y gozoso, que nos ayuda a vivir con más ligereza.
Nadie nos pidió permiso para traernos al mundo, pero aquí estamos y, desde que vemos la luz, todos los humanos nos empeñamos con obcecación en dos cosas: seguir vivos y ser felices.
Por fortuna, el estado natural del ser humano es la alegría. Aunque para algunos militantes del pesimismo hostil proclamarse feliz es propio de gente frívola o simple, la verdad es que la mayoría de las personas se considera feliz y afronta su existencia con alegría de vivir. Como dijo el filósofo británico Bertrand Russell, "por muchos argumentos que se esgriman, la razón no se opone a la felicidad". O sea, que se puede ser feliz y profundo al mismo tiempo.
Los investigadores de la emociones consideran que la alegría puede ser causada por diversos factores. Algunos de ellos tienen que ver con las teorías de la contraemoción, según las cuales a cada desarrollo emocional primario le sigue un proceso de reacción; así, cuando concluye una situación de tensión fuerte (por ejemplo, la extinción de un dolor físico, la resolución de un problema difícil o después de "pasar un mal trago"), la sobrecarga emocional disminuye y la alegría se activa. […]
La alegría también surge como consecuencia de un acontecimiento positivo. Una llamada telefónica esperada con ansiedad y que por fin nos trae el mensaje que queríamos oír desencadena el júbilo, la euforia o la vitalidad. Y una caricia o frase de amor probablemente desencadene el gozo y el estremecimiento. Hay muchos modos de experimentar alegría, muchas maneras de "tener su tibia hermosura entre las manos", como escribió el poeta José Hierro en un libro titulado, precisamente, Alegría.
Y aún queda un tercer factor de activación de la alegría: es la sensación de sentirnos valiosos frente a nosotros mismos. Para que esto suceda no es necesario ser alguien importante; cada uno en nuestro mundo, aunque sea modesto, podemos ser valorados.
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