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La mujer tiene un lugar muy especial en la historia de la salvación. Nos encontramos con mujeres sabias, mujeres guerreras, reinas, mujeres cortesanas, mujeres humildes, mujeres que han encontrado el consuelo y el perdón de Dios. Dios empezó a revelarse desde la creación de la primera pareja humana, Adán y Eva. Cuando el hombre había alcanzado el desarrollo de su madurez intelectual y espiritual, es decir, podía recibir y expresar en las categorías mentales de la razón y del espíritu de lo que Dios nos estaría revelado, es entonces cuando, Dios Padre se reveló plenamente en su Hijo Jesús. La revelación publica quedó cerrada con la muerte del último Apóstol. Es San Juan, en el libro de la Revelación que hace referencia a la nueva Eva, María la Madre de Dios.
Entre un acontecimiento y otro no lejano, aparece la mujer en el desarrollo de la revelación de Dios al mundo. Cada vez que aparece la mujer en cada página de la Biblia, fascina conocer el papel y rol de la mujer que ayuda en el desarrollo del misterio de la salvación. Muchas de las mujeres, son muy bien conocidas, otras no. Muchas de ellas, quedan en nuestra curiosidad por conocer su presencia en la Biblia.
Hemos llegado a conocer mujeres famosas como Sara, Débora, Dalila, María, Marta, Magdalena. Otras que hemos conocido y quedan en el anonimato, como, Santa Ana, Feba, Juana, quien puso todos sus bienes al servicio de Jesús, quien era la esposa de Cusa, siendo Cusa el administrador de Herodes el grande. Hay mujeres que alcanzaron la fama de no ser del agrado de nadie como Jezabel, la mujer de Urías, Dalila, quien traicionó a Sansón.
Hay mujeres que fueron heroínas como Rebeca, quien llegó ser conocida por sus malos oficios de mujer. Otras veces aparecen mujeres, pero que nunca llegamos a conocer, pues la Biblia solo nos la menciona, como la hija de Josafat, quien era una mujer muy sabia, conocida como la mujer de Tecoa; otra mujer que jamás llegamos a conocer, aquella mujer que tocó la orla del manto de Jesús y que fue sanada, nunca supinos quien fue. De acuerdo con el desarrollo de la familia en la Biblia, el Padre era el líder o la cabeza de la familia, se menciona como la casa del padre, en raros casos se decía la casa de la madre (Gen 24:28) (Rut 1:8).
Los patriarcas Bíblicos tenían más de una esposa (Gn 2:9); 30:9). Ricos o reyes podían tener múltiples esposas y concubinas (2Sam. 5:13) Rey 11:3). En el Nuevo Testamento encontramos que Jesús usa palabras en forma de versos en relación a las mujeres cuando anuncia: