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Hace mucho tiempo, una astuta rata robaba maíz para llevarlo a otra tierra, rodeada de agua, y era la única dueña del maíz.
Un día, durante sus aventuras, una lechuza descansaba sobre un árbol y le preguntó a la rata: -¿Qué es eso que llevas? La rata le contestó que estaba comiendo maíz y lo llevaba a su escondite.
Sabiendo que los humanos de su aldea, llamados chibchas, no conocían el maíz, la lechuza le dijo a la rata: -Yo voy a donde quiera. ¿Me das tu maíz para llevarlo a la tierra en donde vivo? Allá no hay maíz.
La rata no quería deshacerse de su pequeño tesoro, pero también tenpia curiosidad de conocer ese lugar del que tanto hablaba la lechuza, así que finalmente le respondió: -Te doy un poco de mi maíz, pero me llevas al lugar donde vives.
La lechuza entonces tomó en su pico a la pequeña rata y entre sus garras una mazorca, y partieron rumbo a los Qusmhuy, el centro ceremonial donde estaba el Zipa, soberano de los chibchas.
