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Un “conflicto con uno mismo” no es más que una lucha interna entre la razón y la emocionalidad. Se presenta muy frecuentemente cuando se hacen evaluaciones de lo que se quiere hacer contra lo que se debe hacer.
Este tipo de conflictos se le ha presentado al ser humano durante toda su historia. Es sabido que hombres y mujeres se mantienen en un proceso de aprendizaje a lo largo de toda su vida. En este proceso incorporan elementos racionales y sentimentales. En el primero de ellos se ubican todos aquellos elementos que provienen de procesos de raciocinio, como las leyes. En el segundo grupo se ubican los que tiene raíces emocionales, pasionales o afectivas.
En la toma de decisiones, entran en juego todas las experiencias que el ser humano ha adquirido hasta ese momento. Una misma situación puede ser percibida desde cualquiera de esos dos puntos de vista. En consecuencia, su solución puede parecer correcta desde esos dos extremos. Cuando esto pasa, la mente humana entra en conflicto al no poder evaluar cual de las dos opciones tiene el mayor peso para así tomar la decisión considerada como correcta. En esos momentos se habla de que se presenta un “conflicto interno”.